Una mirada a la realidad de las mujeres privadas de su libertad

Las necesidades básicas no atendidas en los centros penitenciarios femeniles del país denotan una falta de empatía hacia la necesidad de género.

Tania Luna
A Quien Corresponda
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La realidad de las mujeres privadas de su libertad deja mucho que desear en los centros penitenciarios de México, según Beatriz Maldonado, representante de Mujeres Unidas por la libertad, quien se ha involucrado en la desigualdad en las cárceles y se hizo presente junto a otras mujeres el pasado miércoles 17 de marzo en el Zócalo de la Ciudad de México con el llamado “Periodo menstrual digno” con el cual buscan concientizar al estado parta donar a las mujeres encarceladas productos básicos. “Pedimos que se donen toallas femeninas en el centro femenil de reinversión social de Santa Martha Acatitla” comentó Maldonado.

En el marco del día de la mujer, las encarceladas también protestaron desde sus celdas con la frase: “Aisladas pero no solas”. Las vivencias que denuncian estas mujeres van desde la falta de instalaciones adaptadas para ellas, abusos de autoridad, hasta la privación de productos de primera necesidad, hechos que laceran su integridad.

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Foto: Mujeres Unidas x la Libertad

El no tener acceso a productos de higiene menstrual las obliga a recurrir a calcetines, un pedazo de tela o usar la misma toalla sanitaria durante días, ya que el costo de este producto adentro de las cárceles cuesta el triple de lo que se encuentran afuera “No lo pueden pagar. No hay trabajo. Si antes del COVID 19 ya había una crisis enorme, ahora con la pandemia el olvido es total” aseguró Maldonado.

Otras de las deficiencias es la infraestructura de los centros de readaptación social, ya que no están acopladas para albergar a mujeres. La única cárcel que cuenta con estas condiciones, pensadas desde su inicio, es la Penitenciaría Femenil de Netzahualcóyotl Sur.

Con datos de la CODHEM (Comisión de Derechos Humanos del Estado de México) los centros de reinserción social y prevención cuentan con mil 975 internas, por otro lado el 61% han sido sentenciadas y el 39% procesadas; La institución también menciona que el 95% de las cárceles no están diseñadas para albergar a mujeres y sus necesidades básicas.

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Otro tema que necesita atención es la realidad de los menores nacidos en prisión, ya que por un lado están los niños que nacieron, viven y conviven con su madre, privada de la libertad en algún centro, y por el otro están los que, por su desarrollo biológico, son ingresados junto a su madre que está cumpliendo una condena con el fin de alimentar la convivencia materna hasta una determinada edad, en concordancia con el artículo 36 de la Ley Nacional de Ejecución Penal.

Otra de las luchadoras sociales de nuestro país, inmiscuida en la reinserción social de menores es Saskia Niño De Rivera, cofundadora de Reinserta y miembro del Consejo Nacional de Seguridad Pública, por medio de su columna “Los Niños de Acapulco” en el Universal nos introduce al triste y frio mundo de los niños abusados, mujeres encarceladas y demás grupos minoristas de la sociedad, quien ha colaborado con otras personas para poner el tema sobre la mesa, el cual nos concierne a todos.

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