En cartel, la Selección Catarí lucía como el rival más endeble de la Copa América. Su valor de mercado es el segundo menor de este torneo, solo cuatro millones de dólares por encima de Bolivia. Según Transfermarkt, el plantel de la sección asiática vale $20 millones de dólares; 4 veces menos que el de su primer rival, Paraguay y 55 veces por debajo del plantel brasileño.
Ya sobre la cancha, no fue tan contrastante la diferencia entre Catar y la selección guaraní. Los asiáticos se levantaron de una desventaja de dos goles, para terminar empatando 2-2 frente a Paraguay.
¿Debe sorprendernos la reacción de Catar?
Esta Selección viene de ser campeona de la Copa Asiática a principios de este año. Derrotó a combinados como Líbano, Corea del Norte, Arabia Saudita, Irak, Corea del Sur, Emiratos Árabe, y Japón, en la final. Suficientes victorias para obtener credibilidad, para comprender que el empate ante Paraguay no es una coincidencia, ni únicamente un exceso de confianza de los guaranís. En Catar hay un proyecto futbolístico importante. En tres años serán anfitriones de la Copa del Mundo y dentro de sus posibilidades buscan ser representados con un equipo competitivo.
Este proyecto a largo plazo queda representado en el proceso que ha tenido su entrenador, Félix Sánchez. Es un español de 43 años de edad, que desde hace 13 años vive en el emirato. En 2013 tomó la Sub-19 de Catar y fue subiendo de categoría hasta recibir el control de la selección absoluta hace dos años. Por eso, Félix conoce a fondo a sus dirigidos, a la mayoría los trató desde categorías menores.
El promedio de edad en esta selección también es congruente con el objetivo de este proyecto: 25.7 años. El segundo equipo más joven de la Copa América (solo debajo de Japón). Para el Mundial de 2022, Catar tendrá un promedio de 29 años; edad en la que el futbolista alcanza su clímax deportivo.
En conclusión, Catar no es una selección improvisada. No debe sorprender que realice un papel digno en la Copa América, aunque su proyecto seguirá en un proceso de incubación, por al menos un par de años más.
Por: Jorge Pinto
