Chelsea es el equipo que mejor se reforzó a nivel mundial, tras gastar más de 220 millones de euros. La pregunta general es: ¿de dónde sacó ese dinero que otros clubes de élite no tuvieron, en plena crisis económica? Los blues contaban con “ahorros”, ya que la temporada anterior fueron castigados sin poder fichar, pero sí habían vendido elementos como Eden Hazard, David Luiz, Ola Aina, Álvaro Morata y Mario Pasalic, que dejaron más de 200 millones en las arcas del club.
Todas las posiciones donde Chelsea tuvo carencias la temporada anterior han quedado reforzadas este verano, salvo una: la portería.
Hace dos años, el club inglés arrebató a Kepa Arrizabalaga del Athletic de Bilbao. Desembolsó los 80 millones de euros que valía la cláusula de rescisión del vasco, y lo convirtió en el guardameta más caro de la historia. Pero no ha estado a la altura. Su primera temporada en Stamford Bridge fue regular, y la segunda un fiasco. Cometió errores de todo tipo que le costaron la titularidad y el apoyo de la afición. Su valor de mercado cayó más del 50 por ciento, según Transfermarkt.
La intención del entrenador del Chelsea era traer otro cancerbero y vender a Kepa para recuperar parte de la inversión. Pero nadie quiso pagar una cifra seria por un portero que combina atajadas espectaculares con errores de amateur. Frank Lampard comprendió que la única alternativa era devolverle la titularidad a Arrizabalaga, para que recupere la confianza y potencialice las cualidades que mostró hace dos años en San Mamés.
Pero muy pronto Kepa ha vuelto a fallar. Apenas en la jornada dos celebrada este fin de semana, el español equivocó una salida con los pies que terminó con gol en contra de su portería y le costó al Chelsea, al menos el empate frente al Liverpool.
Frank Lampard sabe que un eslabón débil sería suficiente para derribar todo el proyecto para coronarse esta temporada. El tiempo se agota; el mercado de transferencias cierra en 14 días. El entrenador inglés tiene dos opciones: traer al anhelado seleccionado senegalés, Edouard Mendy, a cambio de 20 millones de euros, dejar a Kepa en la banca y dar por perdidos los 80 millones. O jugársela hasta el final con Kepa, sabiendo que su trabajo está de por medio.
Por Jorge Pinto/Azteca Deportes
