Sebastián Jurado es el arquero revelación del Clausura 2019. Sus grandes actuaciones permitieron que Veracruz empatara frente a Pumas, Chivas y Cruz Azul. Sumando los tiempos de esos juegos, se puede afirmar que solo recibió un gol en 270 minutos ante tres de los cuatro “grandes” del futbol mexicano. Sin embargo la realidad de los Tiburones contrasta con su joven promesa; son luz y sombra. Los escualos están matemáticamente descendidos y no han ganado un solo juego en la presente campaña.
La temporada pasada Jurado recibió la oportunidad de debutar en el momento menos esperado, con dos porteros de renombre en el plantel (Melitón Hernández y Pedro Gallese). En ese momento Veracruz le hacía un favor: lo daba conocer a nivel nacional y lo proyectaba a una convocatoria a Selección Sub-22 . Pero ahora los escualos se están cobrando el favor con una taza de interés altísima. Sebastián recibió 9 anotaciones el sábado en la goleada del Pachuca. Poco más pudo haber hecho el meta jarocho, cuando su defensa era inexistente y los Tuzos anotaban como si estuvieran “cascareando”.
Sebastián Jurado no merece esta humillación, porque de verdad siente al equipo. De pequeño soñaba con jugar con los Tiburones. Su ídolo de la infancia era Adolfo Ríos (guardameta canterano del Veracruz). La primera ambición que Jurado tenía como profesional era salvar del descenso al Veracruz, y ya después ser convocado a Selección y jugar en Europa. Todo esto demuestra que es un joven de buenos sentimientos, con una prometedora carrera, que no debería estar viviendo este desgaste.
Sin embargo el dicho afirma que: “todo lo que no mata hace más fuerte” y ojalá que eso aplique para Sebastián Jurado. Que pronto pase la tormenta y él encuentre un equipo donde se pueda desarrollar y consolidar como arquero de primera división.