El arranque del Abierto de Australia está cada vez más cerca, este certamen nos demuestra a todos que con una buena planeación es posible tener aficionados en las gradas en tiempos de pandemia, sin cubrebocas y grandes deportistas en la cancha.
El fin de semana pasado se disputó un torneo de exhibición con más de 4,000 personas en las tribunas, gracias a las estrictas medidas del gobierno australiano, que tienen a dicha ciudad con una tasa de contagios cero por Covid-19.
Grandes estrellas como el serbio Novak Djokovic, la estadounidense Serena Williams y el español Rafael Nadal tuvieron la oportunidad de jugar nuevamente en una cancha profesional, algo que muchos de los mejores tenistas extrañaban desde hace ya varios meses.
Para que todo esto fuera posible, los tenistas debieron llegar con un par de semanas de anticipación para someterse a una cuarentena, para poder participar en los eventos previos al Abierto de Australia, que inicia el lunes 8 de febrero.
Hace unos días declaró el mismo Ministro de Salud de Australia, Greg Hunt, que los casos de contagios son casi nulos:
“Eso es un testimonio del trabajo de nuestros profesionales médicos, nuestros equipos de salud pública, de los australianos en todas partes por la forma en que han observado los requisitos de distanciamiento, la forma en que se han protegido unos a otros, la forma en que dicen ´he venido a hacerme pruebas”, afirmó Hunt.
Lo cierto es que al final todo valió la pena para poder nuevamente evidenciar un estadio lleno, en el que ahora puede también estar en juego el legado de Roger Federer. Fue en este mismo torneo donde hace 3 años el tenista suizo ganó su último Grand Slam, el número 20 de su carrera.
Ahora el español Rafa Nadal podría alcanzar esta cifra récord si levanta el título en esta nueva edición del Abierto de Australia.
