Hoy por hoy, los realmente aficionados a los deportes escuchan la palabra “FANTASY” y brincan de la emoción solamente de saber que tendrán semana a semana que luchar por el triunfo de sus ligas…
Pero ¿de dónde nace esta idea de provocar que el fanático de corazón este aún más interesado por lo que sucede con todos los equipos y no necesariamente con el de su preferencia?
Wilfred “bill” Winkenbach (miembro de los Raiders de Oakland), junto con Bill Tunnell (RP de los Raiders de Oakland) y Scotty Stirling (pedriodista que cubría los encuentros de los “malosos") crearon esta estructura para futbol americano que hoy conocemos como: “FANTASY”.
El objetivo era darle la oportunidad al aficionado de tener su propio equipo, draftear a sus jugadores y ser dueño de las decisiones para ser campeón.
La primera liga llevó por nombre “Greater Oakland Professional Pigskin Pronosticators League” (GOPPPL).
De aquel momento en el que se creo la idea, a nuestros tiempos las cosas han cambiado muchísimo.
La liga comenzó con 8 equipos en el sótano de la casa de Winkenbach y se anotaba todo en papel. Como dato curioso, los primeros jugadores en la historia en ser seleccionados en un Fantasy de futbol americano fueron el mariscal de campo de los extintos Petroleros de Houston, George Blanda; el segundo, Jim Brown de Cleveland.
Al principio solo se contaban los puntos por touchdown y año con año se fueron agregando reglas hasta llegar a la puntuación estándar.
Gracias a la tecnología y la aparición del internet y los dispositivos móviles, esta plataforma de entretenimiento se ha convertido también en un poderoso negocio: pasó de tener 500,000 jugadores en 1988, hasta 56 millones aproximadamente contando solamente Estados Unidos y Canadá.
En promedio, un jugador avanzado de “Fantasy” gasta $465.00 dólares anuales en esta diversión. El número de mujeres que lo juegan ha aumentado considerablemente, se piensa que actualmente 6.5 millones participan.
Después de su gran éxito, otras ligas deportivas tales como NASCAR, NBA, MLB, ligas europeas y hasta mexicanas de futbol ya cuentan con sus plataformas gracias a que Winkenbach nunca registro la idea, ni el nombre, dejando la puerta abierta a que cualquiera pudiera usarlo.
Así que algo que comenzó como una diversión entre amigos, en un sótano y sin una patente, se ha convertido en un negocio de millones de dólares que sin duda encabeza la NFL.
Por Andrea Sola.
