México llegó a Francia 98 buscando su primera clasificación a la segunda ronda en un mundial disputado en Europa. Tras una victoria ante Corea del Sur y un empate contra Bélgica, el equipo de Manuel Lapuente enfrentaría a Holanda por el boleto a los octavos de final.
El inicio fue duro. Phillip Cocu y Ronald de Boer adelantaron a la Naranja Mecánica y el camino se veía muy complicado para México. Además, Bélgica estaba venciendo 1-0 a Corea del Sur, lo que lo pondría en el segundo puesto del sector y dejaría fuera a México.
Pero ese fue el mundial de las remontadas para la Selección Azteca. Al igual que contra Corea del Sur y contra Bélgica, la oncena de Manuel Lapuente se levantó y se recuperó.
Al minuto 75 Ricardo Peláez le dio esperanza a los verdes con un remate de cabeza que se escurrió entre los defensores y se metió en el arco de Edwin Van der Sar. Aún quedaban 15 minutos para ver historia.
En el tiempo de compensación, Luis Hernández peleó un balón largo contra Jaap Stam. Luego de varios jalones y empujones, el atacante Azteca alcanzó a puntear el balón y lo mandó a la red.
Con eso, los mexicanos empataron el juego y aseguraron el pase a la siguiente fase. Además, Corea del Sur había empatado a los belgas y hacía aún más clara la diferencia entre ambos equipos.
Después de ese histórico pase, México enfrentó a Alemania en los octavos de final. Desafortunadamente el combinado nacional perdió 2-1 y quedó fuera de la copa en Francia.
Por: Gibran Kazen
