A cerrar la herida y terminar con los lloriqueos del ‘No era penal’

A seis años de aquella tarde en el estadio de Fortaleza, del mundial brasileño, aún se recuerda con amargura el penal de los holandeses para eliminar a la selección mexicana.

Gerardo Mel´ín
Selección Azteca
Rafael Márquez

No era penal, no era penal” retumbó el grito azteca en el estadio de Fortaleza y en todo México inmediatamente después de la decisión que tomó el árbitro Pedro Proenca de marcar una aparente falta de Rafael Márquez a Arjen Robben al minuto 92 de los octavos de final entre México y Holanda, del mundial de Brasil 2014.

La historia ya es de todos conocida: Klaas-Jan Huntelaar acomodó el balón, perfiló de derecha y engañó al guardameta Guillermo Ochoa para eliminar a nuestra selección de la Copa del Mundo. Otra vez fuera, otra vez la maldición del quinto partido; una vez más los rostros desencajados de los futbolistas, la frustración de todo un país, el llanto de los aficionados. Adiós Brasil, adiós al sueño mundialista.

Se cumplen seis años de aquella tarde amazónica. El equipo mexicano llegó ante los holandeses con una fabulosa carga emocional y con muy fuerte en lo futbolístico después de las victorias sobre Camerún y Croacia, y el empate frente a Brasil con la gran actuación del portero Ochoa.

Los holandeses fueron sorprendidos en el campo. México tenía controlado el partido. Jugaba bien. El gol de Giovani a los tres minutos de iniciado el segundo tiempo consolidaba el protagonismo de nuestra selección pero sucedió lo inesperado: los jugadores se replegaron, por estrategia del técnico, para cuidar la mínima ventaja y todo se derrumbó. Los europeos tomaron espacios, ganaron confianza, fueron peligros, ya no tuvieron que preocuparse por Giovani pues el entrenador lo retiró a los 61 minutos para darle entrada a Javier Aquino –fracasó en la consigna de aguantar todo lo que pudiera el balón para evitar arranques del rival- y derribaron el esquema mexicano.

En cinco minutos –los últimos del encuentro- Holanda cambió todo, remontó y avanzó a los cuartos de final. Al ’88, Wesley Sneijder anotó el del empate y al 92, Huntelaar sepultó la algarabía mexicana.

Aún hay polémica y cuestionamientos sobre si era o no falta de Márquez a Robben. Para muchos si en el mundial brasileño hubiera existido el VAR, la jugada hubiera sido marcada penal en la revisión del video.

Al final lo más sensato es terminar con los lloriqueos. El culpable de la derrota no fue el árbitro, fue el técnico y sus futbolistas por dar ventajas en un partido que se tenía en la bolsa. A cerrar la herida y terminar con las lágrimas. Hay que encontrar la fórmula para cambiar la historia.
Besos y abrazos para todos.

Argen Robben

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