Las calaveras de dulce o amaranto, además del pan de muerto, son los protagonistas en la celebración del Día de Muertos, fecha en la que México, celebra a los fieles difuntos. Pero, ¿cuál es el origen de esta azucarada tradición?
Las calaveras de dulce o azúcar no pueden faltar en los altares y decoraciones en las fiestas relacionadas al Día de Muertos en México y otros países de Centroamérica, por lo que no está de más conocer de dónde proviene esta tradición.
Seguramente existen diversas interpretaciones históricas sobre el origen de las calaveras de dulce, pero la más común es la que relaciona estas figuras en forma de cráneos humanos, con rituales de las culturas mesoamericanas.
La muerte y las calaveras de dulce
La muerte para las culturas mesoamericanas era solo la conclusión de una etapa de la vida que se extendía a otro plano y los cráneos de las personas fallecidas eran conservados y exhibidos en diferentes rituales como símbolo del fin de una primera etapa.
Además, el altar de las antiguas culturas era llamado “Tzompantli” y era adornado con cráneos de las personas sacrificadas en honor a los dioses.
Con la evangelización española, los cultos y ritos que iban en contra de las creencias de la religión católica fueron prohibidos, pero en muchos casos ante la resistencia de los pueblos indígenas de eliminarlos, decidieron sustituirlos.
De esta manera, se dice, surgieron las calaveras de dulce o azúcar y el pan de muerto.
Sin embargo, las calaveritas de dulce se elaboran con una técnica traída por los españoles llamada “alfeñique” que es una mezcla de azúcar, clara de huevo, jugo de limón y una planta llamada “chaucle”. También se dice que esta técnica es de origen árabe, adoptada por los españoles y traída a México durante la Conquista.
La técnica se extendió rápidamente en el país, ante la costumbre de honrar a los muertos y fue también mediante este método que se unió la tradición española a la indígena.
¿Qué significan estas calaveras de dulce en Día de Muertos?
La tradición de las calaveras de dulce dice que deben llevar el nombre en la frente que la persona llevó en vida y así recordarlo para siempre. El nombre va acompañado de otros adornos como papelitos de colores, semillas y lentejuelas.
Las calaveras de azúcar se ponen en el altar de muertos que se prepara en las casas junto a las fotos de los familiares muertos, velas, flores y diferentes platillos del gusto de difunto.
Según la creencia popular, el alma de los difuntos se alimenta con la esencia de los elementos de la ofrenda que los familiares vivos comen una vez que termina la festividad, aunque esta tradición también se celebra de acuerdo con la región del país.
En el siguiente video puedes ver la forma en que se preparan estos tradicionales dulces para el Día de Muertos:
