Ciudad de México. Cada año en México nacen 5 mil niños con pie equino varo, 2 casos por cada mil nacimientos, según cifras de la Secretaría de Salud Federal. Los especialistas explican que el pie equinovaro es una de las malformaciones congénitas músculo esqueléticas más comunes en los pequeños, su característica son los pies torcidos hacia adentro, hacia abajo o hacia sí mismos, y ocurre en el primer trimestre del desarrollo. Además afecta a bebés de ambos sexos.
¿Cómo es el tratamiento para el pie equino varo?
Los especialistas hablan de una cirugía, que por lo general es sencilla y consiste en un corte en el tendón de aquiles, pero primero se aplica el tratamiento con yesos desde las tres semanas de nacido. Luego, cada semana se pone un nuevo yeso para modificar la forma del pie, de esta manera, la recuperación es prácticamente del 100 por ciento, según los expertos.
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¿Dónde puedes realizar el tratamiento para tu hijo?
En la Ciudad de México, se encuentra el Servicio de Ortopedia Pediátrica del Hospital “Dr. Victorio de la Fuente Narváez” del IMSS, ahí se trata a los bebés que nacen con pie equinovaro aducto congénito (PEVAC), también conocido en Latinoamérica como pie Bott o pie Zambo, mediante la colocación de yesos seriados y una cirugía de mínima invasión.
Técnica de yesos
La técnica de yesos es la opción número uno en el manejo de pie equinovaro con resultados exitosos y se utiliza desde hace más de 50 años a nivel mundial según los expertos en salud de esta unidad. Después de la primera fase de tratamiento se evalúa la mejoría de los pies del pequeño para continuar con la cirugía, la cual se aplica en 90 por ciento de los casos.
Avances en el tratamiento del pie equino varo
Años atrás se hacía una incisión grande en la parte interna del pie, para alargar las estructuras afectadas. Pero ahora, con el procedimiento es de minima invasión, los beneficios para el paciente son menos tiempo de hospitalización, resultados de buenos a excelentes a largo plazo, que comparados con el método tradicional, disminuyen mucho el dolor. En una segunda etapa, el pequeño mantiene la corrección al usar una barra de acero con zapatos unidos a ella durante tres meses, día y noche, y después sólo en las noches, hasta cumplir cinco años de edad, para lograr un pie flexible y no doloroso, que les permite hacer una vida normal.
Finalmente, los pacientes continúan en vigilancia médica con una revisión anual hasta los 18 años , generalmente no tienen que usar plantillas ni calzado ortopédico, ya que tienen los pies alineados, flexibles y con fuerza para realizar cualquier actividad.
