En su mensaje anual, el Papa Francisco recomendó a los gobernantes gastar en educación y no en armas. Durante su discurso de paz, el Papa denunció los crecientes costos militares a expensas de los servicios sociales.
En su mensaje emitido para el Día Mundial de la Paz de la Iglesia Católica, que se celebra el 1 de enero, el Papa también pidió un mejor equilibrio entre una economía de libre mercado y la necesidad de ayudar a los que menos tienen y proteger el medio ambiente.
El Papa dedicó alrededor de un tercio del mensaje de cuatro páginas a la educación, diciendo que ha habido una “reducción significativa” en el gasto destinado a educación y capacitación en todo el mundo, mientras que el gasto militar había aumentado más allá de los niveles al final de la Guerra Fría.
El Papa dijo a gobernantes, jefes de Estado y organismos internacionales:
Ya es hora de que desarrollen políticas económicas dirigidas a invertir los fondos públicos en educación.
Hagamos algo concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a nuestra situación de vida, y llevémoslo adelante para prepararnos a esta #Navidad: llamar por teléfono a esa persona que está sola, visitar a ese anciano o aquel enfermo, hacer algo para servir a un necesitado… #Adviento
— Papa Francisco (@Pontifex_es) December 21, 2021
Papa pide a gobernantes invertir en educación y no en armas
La búsqueda de un proceso genuino de desarme internacional es beneficioso para el desarrollo de los pueblos y naciones, liberando recursos financieros que se utilizan mejor para la atención médica, educación, infraestructura, cuidado de la tierra, etc, sostuvo el Papa.
Las proporciones del gasto en armas y en educación difieren de un país a otro, pero las posiciones sobre qué aumentar y qué recortar a menudo siguen líneas partidistas.
El Papa ha pedido el desarme, la prohibición de armas nucleares y ha dicho que los fondos militares también deben desviarse hacia la distribución justa de vacunas contra el Covid-19 y la investigación para prevenir futuras pandemias.
El Papa señaló:
A pesar de los numerosos esfuerzos dirigidos a un diálogo constructivo entre naciones, el ruido ensordecedor de la guerra y el conflicto se está intensificando. Mientras se propagan enfermedades de proporciones pandémicas, los efectos del cambio climático y la degradación ambiental están empeorando, la tragedia del hambre y la sed está aumentando.