Nueva York, EUA.- Un alto funcionario de Corea del Norte comenzó una inusual visita a Estados Unidos el miércoles para discutir la posible cumbre entre los líderes de los dos países, pero ambas partes parecían alejadas en lo concerniente al asunto central: las armas nucleares de Pyongyang.
Kim Yong Chol, vicepresidente del Comité Central del gobernante Partido de los Trabajadores y estrecho aliado del líder norcoreano Kim Jong Un, llegó al aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York en un vuelo procedente de Pekín. Más tarde se le vio entrar a un hotel de Manhattan.
El miércoles y jueves tiene previsto reunirse con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, para discutir si siguen adelante con la reunión sin precedentes entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Kim.
La cumbre, planeada originalmente para el 12 de junio en Singapur, está en duda, ya que ambas naciones -técnicamente en guerra desde los años 50- están calibrando sus destrezas diplomáticas.
Trump canceló la cita la semana pasada, después de que Corea del Norte expresó su molestia por comentarios realizados por funcionarios estadounidenses. Sin embargo, más tarde dijo que estaba reconsiderando su decisión y funcionarios de Estados Unidos, Corea del Norte y del Sur empezaron a preparar la cumbre de todas formas.
La Casa Blanca dijo el miércoles que las negociaciones para la cumbre en la zona desmilitarizada, en la frontera entre las dos Coreas, van bien y que espera que el histórico encuentro se realice en el 12 de junio.
Un funcionario estadounidense dijo que, hasta el momento, las negociaciones sobre la agenda de la crisis avanzan lentamente y que los dos asuntos fundamentales -la definición de la desnuclearización norcoreana y si ambas partes adoptarán acciones conjuntas o de forma separada- siguen sin estar zanjados.
Trump ha prometido que no permitirá que Corea del Norte desarrolle misiles nucleares con capacidad de alcanzar territorio estadounidense y quiere que Pyongyang se desnuclearice o se deshaga de sus armas nucleares.
No obstante, se cree que los líderes norcoreanos consideran su arsenal nuclear como un elemento crucial para su supervivencia y rechazan un desarme unilateral.
