Marsella, Francia.- El barco de rescate migratorio Aquarius, fuente de una disputa entre Italia y Malta en junio luego de que ambos países se negaran a aceptar a más de 600 personas que había recogido, comenzará una nueva misión en el sur del Mediterráneo, dijeron sus organizadores.
El buque de 77 metros, operado por la organización franco-alemana SOS Mediterranee, zarpará desde Marsella en su décima operación del año, después de rescatar a unas 3 mil personas durante 2018, muchas de ellas huídas de las costas de Libia.
"(El barco) vuelve al mar esta tarde”, dijo a los periodistas Francis Vallat, presidente de SOS Mediterranee. “Si sólo se necesitara una razón, esta sería que durante el mes de junio, según las últimas cifras, hubo siete veces más muertes este año que en junio del año pasado debido a la falta de barcos de rescate de ONG. Vamos a volver”.
En junio, el Aquarius recogió a 629 migrantes, entre ellos decenas de niños y siete mujeres embarazadas, frente a las costas de Libia. Tenía previsto llevarlos al puerto europeo más cercano, la práctica habitual en este tipo de misiones de rescate.
Pero el entonces nuevo Gobierno italiano, una coalición que incluye al partido antiinmigración de la Liga, pidió al barco que fuera a Malta en lugar de ir a Italia. Malta dijo que no era el destino apropiado o capaz de acoger a los inmigrantes. Esto llevó a un pulso que arrastró a la Unión Europea y a Francia. Las tensiones políticas entre Roma y París han persistido desde entonces.
Finalmente, los inmigrantes fueron acogidos por España, que se enfrenta ahora a una nueva avalancha de personas que huyen del norte de África.
El Aquarius es uno de los diversos barcos apoyados por ONG que han llevado a cabo operaciones de rescate en el sur del Mediterráneo, junto con la armada italiana y las misiones lideradas por la UE. Más de 10 mil migrantes se han ahogado en la región desde 2014, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Italia, que ha traído a tierra a más de 650.000 migrantes desde 2014, quiere que los migrantes regresen a su lugar de origen. El ministro del Interior, Matteo Salvini, ha acusado a SOS Mediterranee y otras organizaciones benéficas de actuar como un “servicio de taxi” mediterráneo para los inmigrantes.
