20 de junio.- Mientras la pandemia continúa y después de semanas de protestas contra la desigualdad racial, el presidente estadounidense Donald Trump celebrará un acto con miles de partidarios en Oklahoma el sábado, en un esfuerzo para revitalizar su campaña por la reelección.
Trump ha recibido cada vez más críticas por sus respuestas al brote de coronavirus y el fallecimiento de George Floyd, un afroamericano que murió bajo custodia de la policía de Minneapolis.
Los cuestionamientos aumentaron por la decisión de realizar su primer acto desde que las escuelas y las empresas fueron cerradas en marzo para frenar la propagación del coronavirus en Tulsa, el foco más sangriento de episodios de violencia racista en el país contra estadounidenses negros hace unos 100 años.
Oklahoma ha reportado una escalada en infecciones de COVID-19 en días recientes, y el departamento de salud del estado ha advertido que los participantes en el Centro BOK, con capacidad para 19.000 asistentes, enfrentan un riesgo alto de contagiarse del virus.
Horas antes del acto, la campaña de Trump anunció que seis miembros de su equipo de inspección del lugar habían dado positivo en pruebas de COVID-19.
“Seis miembros del equipo de avanzada dieron positivos entre cientos de pruebas realizadas y se implementaron inmediatamente procedimientos de cuarentena”, dijo Tim Murtaugh, director de comunicaciones de campaña, en un comunicado.
“En el acto de hoy no habrá personal positivo de COVID ni nadie en contacto inmediato con ellos, tampoco cerca de los participantes o funcionarios electos”.
El presidente republicano está rezagado respecto al posible nominado presidencial demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, en las encuestas antes de los comicios de noviembre. Los partidarios están contentos de ver a Trump de nuevo en la campaña y la cantidad de personas que quiere ingresar al acto superó por lejos la cantidad de asientos disponibles, dijo el equipo de Trump.
