Arqueólogos españoles encontraron un par de momias en Egipto que portaban en sus bocas dos lenguas de oro.
El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto anunció el hallazgo de esta pareja de momias estaba conformada por una mujer y un hombre que murieron hace más de 2 mil 500 años.
Los sarcófagos de piedra fueron localizados uno al lado del otro, pero hasta el momento se desconocen las identidades de las dos momias.
Esta misión arqueológica fue realizada por la Universidad de Barcelona, y los investigadores creen que el par de tumbas pertenecen a la dinastía Saite, un período tardío del antiguo Egipto que terminó en el 525 a. C.
Además, se encontró fuera del par de tumbas, otra lengua de oro, pero más pequeña, que parecía pertenecer a un niño.
During excavation work carried out by a Spanish archaeological mission from Barcelona University and IPOA, at El-Bahnasa archaeological site in Meniya, has uncovered two Saite tombs with human remains with golden tongues. pic.twitter.com/9bAMmPpVJN
— Ministry of Tourism and Antiquities (@TourismandAntiq) December 5, 2021
Las lenguas de oro se utilizaban para hablar con el dios de la muerte
El Ministerio de Egipto, detalló que las lenguas de oro se colocaban dentro de la boca de los muertos como parte de un rito funerario.
Antes se creía que las momias debían colocarse esas lenguas de oro para que pudieran hablar con Osiris, el antiguo dios egipcio del inframundo o el dios egipcio de los muertos, que juzgaba a los que iban camino a la otra vida.
Las lenguas de oro servían para poder convencerlo de que los dejara pasar hacia la otra vida y tuviera misericordia de sus almas.
Además, los arqueólogos indicaron que de las dos tumbas, la del hombre aún estaba sellada, siendo un hallazgo inusual, pues mantiene a la momia en su interior en buen estado de conservación.
“Esto es muy importante porque es raro encontrar una tumba que esté totalmente sellada”, dijo Esther Pons Melado, codirectora de esta misión arqueológica de Oxyrhynchus.
Junto a dicha momia se encontraron cuatro frascos canónicos que se usaban para preservar los órganos internos del difunto, también había un escarabajo, 400 figurillas funerarias hechas de loza, una loza vidriada con estaño y otros amuletos.
En cambio, la tumba de la mujer parecía haber sido abierta en el pasado por probables saqueadores de tesoros mortuorios, por lo que el contenido no estaba en buenas condiciones.