Durante la conferencia presidencial del día de hoy, Leticia Ánimas Vargas, Coordinadora Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez, dio a conocer que en México se tiene un padrón de becarios de Educación Media Superior de 3.92 millones, de los cuales, 2.34 millones son menores de edad y 1.58 millones mayores de edad.
La inclusión financiera de adolescentes de 15 años permitirá que dispongan de una cuenta bancaria para recibir sus becas y tiene como beneficios, en primer lugar, reducir los operativos de entrega de la beca en las escuelas, lo que para ellos implica un mejor uso de su tiempo al dejar de tener que asistir a los eventos de la entrega de la orden de pago.
En segundo lugar, permite asociar de manera clara y transparente a cada uno de los estudiantes a quienes se les emite una beca, con una cuenta bancaria a su nombre, lo que les brinda certeza respecto al destino de su beca.
En tercer lugar, brinda mayor seguridad al becario o becaria en el acceso a su beca, al disponer de su recurso en la medida, el momento y el lugar que ellos prefieran.
El hecho de que los adolescentes y jóvenes tengan una cuenta bancaria, es el primer paso hacia una inclusión financiera más amplia. Entre los beneficios inmediatos que tendrán los jóvenes el contar con una cuenta de depósitos están:
- Facilitar el acceso a recursos, como las becas educativas, los apoyos de programas sociales o prestaciones laborales, a través de un mecanismo seguro.
- Facilitar la realización de transacciones de manera segura, como la compra de bienes (computadoras, libros, entre otros) o el pago de servicios.
- Aumentar el ahorro.
- Adquirir cierto grado de independencia financiera.
- Desarrollar su sentido de responsabilidad, al tomar las decisiones que tienen que ver con el uso de los recursos que dispone.
El acceso a servicios financieros facilita la vida cotidiana y ayuda a planificar desde sus metas a largo plazo hasta la posibilidad de enfrentar emergencias imprevistas. La inclusión financiera de los adolescentes y jóvenes contribuirá a mejorar su bienestar presente y futuro, así como la eficiencia operativa y la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos de los programas de becas educativas.