Cuando el tradicional hot dog alemán llegó a los Estados Unidos, era una mezcla de carne de cerdo y res; el hot dog de carne de res, como lo conocemos ahora, tiene sus raíces en los carniceros judío-estadounidenses, quienes, debido a las restricciones de la cocina kosher, optaron por no usar carne de cerdo en sus mezclas.
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También conocido como el frankfurter, este estilo específico de salchichas envasadas originalmente se pensó que provenía de la ciudad de Frankfurt, en Alemania, pero los historiadores de ‘perros calientes’ argumentan que la cultura de las salchichas es nativa de Europa del Este, particularmente de Alemania, sin mencionar un pueblo de origen específico.
Traídos por inmigrantes alemanes a mediados del siglo XIX, los hot dogs comenzaron su camino hacia el zeitgeist (cultura) estadounidense en los carros de hot dogs de la ciudad de Nueva York, donde eran ideales para los neoyorquinos que se catalogaban como grandes amantes de los sándwiches.
Los estadounidenses se enamoraron de la idea alemana de comer salchichas en la calle. Hay muchas pruebas de que los vendedores comercializaban perros calientes, probablemente en la década de 1840, pero realmente fue hasta 1860.
En 1867, un panadero emprendedor de Brooklyn con el nombre de Charles Feltman comenzó a vender hot dogs en un carrito de tartas convertido, en Coney Island, el cual comenzó a convertirse en un lugar donde la gente iría a divertirse y alimentarse.
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Actualmente los hot dogs o perros calientes son un alimento que se incluye en la dieta estadounidense, pero que también se ha considerado como un antojo en otros países; aunque requiere una preparación sencilla, es una comida ideal en eventos familiares, con amigos y se puede encontrar en cualquier esquina.
