(Reuters) - Reino Unido está reforzando los controles fronterizos para evitar que entren nuevas cepas de Covid-19 al país, suspendiendo todos los trámites impuestos en los llamados “corredores turísticos” que significaban que los viajeros procedentes de algunos países no estaban obligados a guardar cuarentena.
Este cambio entra en vigor el lunes y significa que todos los viajeros deberán tener una prueba reciente de Covid-19 negativa y ponerse inmediatamente en aislamiento tras su llegada. El período de aislamiento dura 10 días, a menos que el pasajero dé negativo después de cinco días.
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Países como España, Francia e Italia ya estaban fuera de esa lista de orígenes considerados seguros, pero quienes viajaban desde Noruega, Australia y Japón, entre otros territorios, aún estaban exentos del aislamiento de 10 días.
El anuncio se produce después de que ayer Londres prohibió los viajes desde Sudamérica y Portugal a raíz de la detección de una nueva variante del coronavirus en Brasil de la que todavía no se sabe con certeza si es más contagiosa o bien si puede ser resistente a las vacunas.
En una rueda de prensa, el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, indicó que el cierre de los corredores aéreos tiene como objetivo proteger al Reino Unido de cualquier posible “cepa sin identificar” que pudiera entrar en las islas británicas.
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El consejero médico del gobierno, Patrick Vallance, alertó de que “es posible” que algunas variantes “puedan esquivar las vacunas hasta cierto punto en el futuro”.
“Algunas de las que están ya ahí fuera” podrían ser capaces de “saltarse los sistemas inmunes que se han desarrollado en respuesta a vacunas o a infecciones previas”, recalcó.
