Burbujas espaciales transparentes están llamando la atención de transeúntes de Manhattan, en Nueva York, ya que son usadas en las mesas de restaurantes que están sobre la acera para proteger a los comensales del clima, pero principalmente del coronavirus.
Estas burbujas se convirtieron en una atracción en el Café du Solei, en el barrio de Upper West Side, en donde durante el otoño el clima se vuelve más frío y húmedo.
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Estos artefactos tardan un minuto en colocarse y ya son la atracción del café, que es frecuentado por locales y turistas.
“Con todo lo que sucede en este mundo, comer en una burbuja es una de las mejores experiencias que podemos tener. Tienen todo limpio”, dijo una comensal.
Los restaurantes de Nueva York han adoptado la opción de ofrecer la comida en mesas al aire libre para evitar contagios de coronavirus, medida que fue planteada por el alcalde Bill de Blasio.
Para mantener cubiertos a los clientes del aire libre durante los meses de otoño e invierno, la ciudad permitirá que los restaurantes usen ciertos calentadores y carpas cerradas, además también pueden reabrir para cenas en el interior al 25% de su capacidad a partir del miércoles.
Space bubbles ease New York restaurant troubles https://t.co/ei0gbD0TQw pic.twitter.com/B0465PXGVm
— Reuters (@Reuters) September 25, 2020
Las burbujas fueron adoptadas por el propietario de Café du Soleil, Alain Chevreux, quien en julio descubrió en línea estos objetos que supuso le permitirían mantener su negocio.
Debido a las restricciones sanitarias, el café debía tener una capacidad interior limitada, así que Chevreux supuso que el dinero que podrían aportar 20 clientes no sería suficiente para pagar a su personal, más aún durante la época de lluvia y frío.
Fue así que 15 burbujas salvaron a Chevreux de problemas y por 400 dólares cada una las adquirió, las cuales tienen una capacidad para seis personas.
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“A las familias les encanta. A los niños les encanta. A los amigos que quieren estar juntos les encanta. Estaba lloviendo a cántaros hace un par de semanas, a mitad de semana, pero todos los que estaban dentro de esas burbujas se estaban divirtiendo”, expresó Chevreux.
“Tan pronto como entré, dije: ‘espera un minuto, parece el carruaje de Cenicienta’”, declaró una clienta del lugar.
“No estás abarrotado de otras personas. Estoy esperando a que mi príncipe llegue”, dijo otra comensal.
