Se dieron los primeros raquetazos del Abierto de Australia sin el número uno del mundo, Djokovic.
Las reglas son las reglas.
Las leyes son las leyes.
Australia exige estar vacunado para poder ingresar al país y esta vez le tocó a un grande, a uno de los mejores del tenis ser deportado por no cumplir. La ley de inmigración australiana es una de las más restrictivas del mundo.
¿Por qué Djokovic iba a ser distinto? Se pierde la posibilidad de renovar su título en el Australia Open, por no estar vacunado.
El escenario que más lo ha visto brillar. En Melbourne Park ha ganado nueve de sus 20 trofeos. Es el fortín de su carrera, así como para Rafael Nadal es Roland Garros en París, y para Roger Federer Wimbledon, en Londres.
Novak Djokovic además de tener que dejar atrás su objetivo, es el gran señalado como un antivacunas en un momento en el que la humanidad atraviesa una pandemia. La única herramienta que tenemos hoy para combatir este virus se llama: vacuna.
Roland Garros le podría cerrar la puerta a Djokovic
Y podría estar entrando a un túnel sin salida. Y más desde que el gobierno francés anunciara, que Djokovic tampoco podrá jugar Roland Garros, que se desarrollará del 22 de mayo al 5 de junio, si no se vacuna. Se le exigirá la pauta completa, igual que a los espectadores y el resto de profesionales implicados.
Pero además, si quiere jugar el US Open, también deberá vacunarse. Es decir, es muy difícil que el serbio, de 34 años, siga siendo tenista profesional sin estar vacunado. A menos que la pandemia termine mañana.
¿Se vale pensar en un Australia Open nuevamente? Pues, tampoco está fácil: la cancelación de un visado en el país lleva la prohibición de obtener otro, durante un periodo de tres años.
Pero es el número uno del mundo, así que Australia, le dejó la puerta abierta a Djokovic para solicitar una visa en menos de ese tiempo. Eso sí, deberá vacunarse antes y completar el denso y tedioso papeleo que se le exige a cualquier persona.
