Guadalajara, 26 de agosto.- Los factores que conllevan a una persona a la enfermedad de la anorexia son muchos, desde cuestiones bioquímicas, sociales y familiares, pero la psiquiatra Noemí Juárez Moreno afirmó que la patología podría gestarse desde el hogar.
La psiquiatra adscrita al Centro Comunitario de Salud Mental del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, enfatizó que existen los factores genéticos porque se ven casos específicos de anorexia en donde hay tías, primas o mamás que tienen esta enfermedad.
Sin embargo, aseguró que existen muchos otros factores sociales, por ejemplo los patrones de belleza que se tienen sobre todo en el mundo occidental, donde para ser una mujer bella se tiene la creencia de tener que ser joven y delgada.
“A veces el grupo primario de apoyo que debe ser la familia es muy crítico, el padre, los hermanos son muy críticos con quienes tienen sobrepeso y empiezan con los apodos de cariño, que ya no son de tan cariño, sino de burla o la hipercrítica de los padres al hacer señalamientos en cuanto al peso y compararlo con los hermanos”, dijo.
Destacó que las burlas y los señalamientos pueden continuar en la vida escolar, por lo que la persona que desarrolla la enfermedad tomará cada vez medidas más drásticas para bajar de peso y obtener el reconocimiento o aceptación de los demás.
Indicó que en ocasiones la familia no advierte el problema, e incluso el cambio de hábitos puede ser bien visto, ya que el paciente va dejando de comer paulatinamente enmascarando al principio su problema, con una supuesta alimentación más saludable.
“Empiezan a dejar de comer, sobre todo lo primero que hacen es elegir alimentos que serían para ellos los permitidos o no permitidos, después mentir a los padres respecto a si ya comieron o no”, señaló la doctora Juárez Moreno.
No obstante, el bajo peso, así como síntomas como irritabilidad, ansiedad, uñas quebradizas y cabello, comisuras labiales partidas, entre otras manifestaciones físicas y emocionales pueden generar sospecha tanto de los familiares como de los profesionales de la salud que les proporcionan finalmente una terapia.
“Justamente uno de los criterios diagnósticos es que el paciente tenga una baja de peso considerable, en los adultos lo que nos norma es la Organización Mundial de la Salud (OMS) y tienen una fórmula muy simple para saber si tenemos un peso bajo que es que tu Índice de Masa Corporal (IMC) esté por debajo de 18.5”, explicó.
El paciente, sin embargo, en la mayoría de los casos, niega el riesgo de su enfermedad, e incluso sufre de distorsión de la imagen de su cuerpo al mirarse al espejo, indicó.
“Ellos no se ven enfermos, tiene distorsión de la imagen corporal, su cerebro pierde la capacidad de percibir de forma precisa sus formas y tamaños, es tan patológico y específico que esto no sucede con las demás personas, los pacientes pueden percibir perfectamente el tamaño y las formas de todos los demás, pero las de ellos mismos”, dijo.
Agregó que es frecuente que el paciente vaya a la consulta condicionado por sus familiares o seres queridos, ya que es difícil que acepte su problemática.
“Dada su complejidad es una patología con la cual se debe aprender a vivir en control con la ayuda del médico psiquiatra, psicólogo y nutriólogo”, expuso.
