Ciudad de México.- Durante el cierre del sexenio, el delito de secuestro cerrará a la alza, prevé la organización Alto al Secuestro, por ello pidió a las nuevas autoridades que se harán cargo de la seguridad en nuestro país a partir del primero de diciembre de éste año a hacer justicia a las víctimas antes que el perdón y el olvido.
Durante su conferencia de prensa mensual, Isabel Miranda de Wallace, presidenta de dicha organización, preciso que los cinco primeros lugares de éste delito se han mantenido durante varios meses y no se ve tendencia a que cambien, los cuales están encabezados por el estado de México, con 2 mil 552 secuestros, en segundo lugar Tamaulipas, con mil 283, Veracrúz en tercer lugar, con mil 237, cuarto lugar se ubica Guerrero con 952 y en quinto lugar la ciudad de México, con 835 secuestros.
Respecto al mes de junio precisó que la cifra recibió un incremento del 6.2 por ciento con referencia al mes de junio de 2018, ya que se registraron 154 plágios, aunque se logró la detención de 150 delincuentes en toda la República mexicana.
En total acumulado del sexenio se tiene contabilizados cerca de 12 mil plágios lo que representa un récord para nuestro país en esta materia y por municipio, el más peligroso se mantuvo Ecatepec, en el estado de México, seguido por Acapulco; Guerrero; Reynosa y Ciudad Victoria, Tamaulipas y finalmente Nezahualcoyotl, también en el estado de México.
Isabel Miranda de Wallace, precisó que en todo este tiempo se ha fallado en la especialización de una policía o unidad de combate a este flagelo, ya que la mayoría de las entidades mezclan las corporaciones y no se especializan, por ello se ha mantenido el secuestro, principalmente en las que ocupan los primero lugares, como es el caso de la ciudad de México, donde pese al gran cantidad de elementos que existen, no han sido efectivos para el combate efectivo de la delincuencia organizada dedicada al secuestro.
Finalmente dijo que una pacificación no se logra por decreto, sino tener un verdadero acceso a la justicia, fortalecimiento de las instituciones, y sobre todo darle la voz a las víctimas, más que a los delincuentes.
