El día de ayer, se dio a conocer la muerte del famoso estilista de las estrellas, Alfredo Palacios, luego de haber padecido por varios meses algunos malestares derivados de complicaciones en su salud.
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Esta sorpresivo deceso conmocionó al público y a los integrantes del medio artístico, pues a sus casi 50 años de trayectoria, Alfredo Palacios logró consolidarse gracias a su trabajo y amistad con muchas famosas.
Debido a su talento, desde muy joven pudo rodearse de artistas; sin embargo, fue hasta la década de los 80 que inauguró su salón de belleza en la exclusiva colonia Polanco.
Fue en ese momento cuando inició su emblemático programa Salud y belleza, el cual cumplió 30 años este 2020 con altos niveles de audiencia. Alfredo Palacios se asumió como consultor de imagen, expresando que más que un oficio o una profesión, lo suyo era un arte, gracias al cual pudo rodearse de figuras como Lucía Méndez, Silvia Pinal, Lyn May, Daniela Romo, Angélica María, Irma Serrano, entre otras.
Con quien forjó una amistad entrañable a lo largo de muchos años fue con Verónica Castro, y es que se convirtió en su maquillador y peinador de cabecera, además de colaborar con ella en sus presentaciones personales.
Gracias a dicha amistad, Alfredo Palacios se convirtió en el padrino de Cristian Castro, a quien bautizó junto a la vedette Olga Breeskin.
Era lindo cuando estaba chavo, ya que empezó a ganar dinero se fue apartando. Antes me decía: ‘oye padrino, necesito una lana’; realmente era un chamaco, todavía. Cuando empezó a ser famoso nos fuimos retirando. Me decía: ‘padrino, échame una lana porque voy a ir con una chava’; así me decía. Yo lo veo, y digo que se parece mucho a su papá en todo
Alfredo Palacios se confesaba adicto al trabajo y entre sus polémicas se encuentra su obsesión por permanecer joven y mantenerse presentable a su profesión, razón que lo llevó a inclinarse por el bótox y las intervenciones estéticas, siendo blanco de señalamientos por un presunto abuso en tratamientos que no beneficiaban su aspecto físico.
Luego de 25 años de entrañable amistad con Verónica Castro, en la primera década de los 2000, repentinamente se dejaron de hablar, desatando todo tipo de rumores.
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Estamos algo separados, pero no voy a decir por qué. Yo he vivido sin comentar cosas fuertes o raras, ni peleas; mi carrera es a base de trabajo y no de chismes. Se portó muy malagradecida conmigo después de haber sido su mejor amigo; me dio la espalda. Se molestó porque en algún momento di una declaración a un medio y eso ella nunca lo perdonó
