Las pinturas de comida trasmiten más de lo que vemos a simple vista.

¡La comida a través del arte!

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Por: MNC Montserrat Garralda

Las pinturas de comida trasmiten más de lo que vemos a simple vista

A lo largo de la historia, el ser humano ha logrado sobrevivir gracias la adaptación adquirida con el medio que lo rodea y eso incluye la forma de buscar alimentos para poder sobrevivir. Sobre esto, tenemos datos de algunas pinturas rupestres, por ejemplo, las de Tito Bustillo en España, que muestran lo excelentes que eran como cazadores en el paleolítico.

También podemos analizar ¿qué comían? las diferentes civilizaciones o clases sociales, las costumbres alimenticias, enseres para cocinar, modales y normas de etiqueta o alimentos regionales o de temporada. Los datos están en algunos escritos, pinturas y en ocasiones pasan con tradiciones orales de generación en generación, por ejemplo, algunas recetas de cocina.

En varias ocasiones para enseñar a los demás la opulencia o costumbres de la época se utilizaban las pinturas ya que no todos sabían leer.


Un excelente ejemplo son los bodegones de la época barroca, donde podemos ver a algunos de los mejores pintores que ha tenido la historia transmitiendo lo cotidiano gracias a las pinturas.
Hoy en día al hablar de un bodegón lo primero que nos viene a la mente es algo sobre “naturaleza muerta”. Sin embargo, esto no siempre fue así, antes las bodegas de las casas eran lugares más frescos que permitían una mejor conserva de los alimentos (como un refrigerador) y la idea de pintar algo diferente a temas religiosos hizo que los pintores empezaran a experimentar con diferentes cosas como con la comida. Se decidió pintar una bodega de cocina, personas del pueblo llano (común y corriente) y alimentos cotidianos, de aquí surgen los famosos bodegones donde los diferentes elementos que componen las obras tienen diversos significados.

El famoso y extraordinario artista Diego Velázquez marcó tendencia en este rubro, él no quiso poner una gran diversidad de alimentos, sino lo que el pueblo comía cotidianamente, por ejemplo: ajos, pescado, huevo, morcillas, aceitunas, berenjenas, quesos y vinos caseros, uno que otro instrumento de cocina y personas del pueblo. En otros reflejó la poca comida con relación a una temporada de ayuno espiritual, la religión estaba muy arraigada en aquella época. Y aunque los bodegones no son su única línea de pintura, inspiró a varios artistas a realizar los suyos más adelante.

Gracias a las pinturas podemos aprender mucho de cada época, en este caso de sus alimentos, costumbres, estado nutricional y su relación con algunas enfermedades, pero eso ya es tema de otro artículo.
Recuerda aprender a comer para no hacer dietas el resto de tu vida, en varias ocasiones podemos aprender mucho de nuestros antepasados, sacar lo bueno y eliminar lo malo. Cuando nutrimos cuerpo, mente y alma nos mantenemos mejor preparados ante la adversidad.

Bibliografía
Wolf Norbert. Diego Velázquez 1599-1660 El rostro de España. Editorial Cordillera del sur. Madrid. 2011
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