Son 20 años desde que se disputó aquella tercera ronda, en el Masters 1000 de Miami. El suizo de 22 años de edad, número 1 del mundo y por entonces ganador de 14 torneos –dos de Grand Slam-, partía como claro favorito ante un joven español de quien se hablaban maravillas, aunque era apenas el número 34 en el ranking de la ATP.
Roger venía de derrotar al ruso Nikolay Davydenko y Rafael se había impuesto al croata Goran Ivanisevic –hasta hace unos días, entrenador de Novak Djokovic, el único hombre que superó a los dos protagonistas de esta nota-. Apelando a la garra que lo caracterizaría a lo largo de las dos décadas siguientes, el manacorí de 17 años de edad, sin ningún trofeo en su palmarés, dio la campanada con un doble 6-3.
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La gran rivalidad que crearon Nadal y Roger
Si bien en aquel momento el resultado fue percibido como un golpe de suerte favorable al ibérico, la realidad es que, en el sur de la Florida, se gestaba el surgimiento de quien se convertiría en el némesis deportivo de ‘Su Majestad’. Al término de aquel partido, Rafa admitió que su expectativa no era llevarse la victoria; únicamente, esperaba no ser humillado por el helvético, casi imparable en esa etapa de su carrera.
En total, ‘Fedal’ (como se apodó a sus encuentros) se presentó 40 veces en el circuito, con balance de 16-24, en favor de Nadal. Su último enfrentamiento, sin embargo, tuvo lugar en las semifinales de Wimbledon, en 2019, y fue victoria para Federer, quien –tres años más tarde- eligió retirarse en un partido de dobles, junto al gran amigo y rival que conoció un 28 de marzo.
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