Estados Unidos. Los Tampa Bay Buccanners arman una fuerte línea ofensiva para proteger a su veterano quarterback Tom Brady como lo fue en la temporada 2021 donde fue el equipo con menos capturas permitidas en la NFL.
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El reto para 2022 es mantener ese nivel de protección para que el veterano, que cumplirá 45 años el próximo 3 de agosto, busque ganar el octavo Super Bowl de su carrera, y el segundo con los Bucs.
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No ha sido sencilla la reestructura de la línea ofensiva para el equipo dirigido por Todd Bowles, quien pasó de coordinador ofensivo en los Bucs a entrenador en jefe en este año luego del retiro de Bruce Arians, quien ganó con el equipo el Super Bowl LV.
Tampa Bay perdió en la agencia libre a dos pilares en la protección del quarterback; el guardia Alex Cappa emigró a los Cincinnati Bengals, y sufrió el sorpresivo retiro de Ali Marpet de 29 años, uno de los mejores bloqueadores de la liga.
La primera acción del gerente general de los Buccaneers, Jason Licht, para rearmar su línea fue renovar al centro Ryan Jensen, pieza fundamental en la protección con el quarterback.
Continuó con la contratación del dos veces campeón de la NFL con los Patriots al lado de Tom Brady, el guardia derecho Shaq Mason.
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Aunado con la permanencia del experimentado tacle Donovan Smith y el novato Tristán Wirfs, quienes ya fueron parte del equipo monarca en el Super Bowl LV.
La duda de Bucs se encuentra en el guardia izquierdo
La única incógnita está en la posición de guardia izquierdo para la que el coach Todd Bowles vislumbró una cerrada lucha entre Luke Goedeke, joven de 23 años seleccionado en la segunda ronda del Draft de este año; Aaron Stinnie, quien desde su llegada al equipo en 2019 no ha logrado consolidarse como titular.
La temporada pasada los Bucs lograron que el considerado mejor jugador en la historia de la NFL fuera el mariscal de campo menos atrapado con 22 capturas entre los pasadores que jugaron al menos 14 partidos durante la campaña regular.
