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La Guerra Fría no tan fría del Siglo XXI: ¿conflicto global que nadie quiere admitir?

Como se hizo durante la Guerra Fría, Estados Unidos ha impuesto restricciones económicas como castigo a Rusia, esto por su invasión a Ucrania.

¿Y si nunca terminó? Así es la Guerra Fría disfrazada del siglo XXI
Guerra Fría 2.0: el conflicto global que nadie quiere admitir|FIA
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La Guerra Fría no tan fría del Siglo XXI: La diferencia ideológica que marcó la segunda parte del siglo XX y que dividió al mundo, prevalece con nuevas idoneidades, pero mismas ambiciones que definieron la competencia entre Oriente y Occidente. La disolución de la Unión Soviética en 1991 marcó el fin de una era, que se llevó consigo las tensiones entre la misma y la superpotencia de Estados Unidos.

Los países que adoptaron el modelo de gobierno comunista: colapsaron

Ya no es una amenaza comunista, como lo fue en su momento, porque todos los países que adoptaron el modelo de gobierno comunista colapsaron, y los que siguen replicándolo fracasan de forma aún más estrepitosa porque el entorno actual es más demandante de desarrollo económico que nunca.

Ante la desventaja años luz que tuvo Rusia por los estragos (aún tangibles) post soviéticos, claudicaron en la misión de alcanzar y superar a Estados Unidos como potencia económica, pero persiste la competencia por el dominio geopolítico.

Rusia le endulza el oído, y los bolsillos, a los países del Sahel africano y los desestabilizados árabes como Siria, donde su presencia le significa ventaja estratégica. No pierde el tiempo cuando de contener a la OTAN se trata; al igual que esparciendo las ideologías separatistas disfrazadas de valores tradicionales en una fragmentada Unión Europea debido a la crisis migratoria.

Putin tiene un apoyo superior al 60% de la población rusa, no por su buen desempeño sino porque se ha encargado de perpetuarse siendo el mejor candidato.

Los que han sido una amenaza para él, ya no están, como Alexei Navalny que murió por un cúmulo de padecimientos durante su estancia en una prisión en el círculo polar ártico, coincidentemente el mismo año en que se llevarían a cabo las elecciones en Rusia, y que le otorgaron a Putin su tercer mandato presidencial consecutivo y el quinto en total.

La presencia estadounidense en Vietnam, justificada con la contención del comunismo, es comparable con el involucramiento de Estados Unidos con Ucrania y la defensa del orden internacional. Ambas con muchos intereses y pérdidas innecesarias de por medio, representan la confrontación de potencias con el lugar del agresor e intervencionista invertido.

Ucrania es el punto de encuentro de las dos visiones predominantes del mundo en la actualidad y el combate de quienes las respaldan. Aunque China no pierde la oportunidad de hacer negocio y sus drones vuelan en ambos bandos, hay una mayor neutralidad de su parte en el conflicto actual.

Tal como se hizo durante la Guerra Fría, Estados Unidos ha impuesto restricciones económicas como castigo a Rusia por la invasión de Ucrania, y los daños colaterales mantienen contra las cuerdas a la Unión Europea con los desabastos de energía, especialmente en invierno donde es imprescindible la calefacción.

A diferencia de esta ocasión, India liderada por Nehru tuvo una postura mucho más neutral respecto al conflicto, pero el crecimiento exponencial del país asiático no le deja muchas opciones a Modi y ahora debe valerse con petróleo ruso al igual que China, aunque eso le cale a Trump y signifique castigos arancelarios.

Trump declaró desde antes de iniciar su segundo mandato que uno de sus objetivos era terminar el conflicto en Ucrania en 24 horas tras asumir nuevamente el cargo. Aunque no ha desaprovechado la oportunidad de mostrar su ventaja ante Zelensky en televisión nacional, persiste tratando de negociar con el, con ultimátum bajo amenaza de aranceles.

Hasta ahora, Putin no ha mostrado interés en retroceder, pero quizá la hemorragia de recursos que le representa la invasión, reconfigurará sus movimientos a partir de hoy que se reunió con Steve Witkoff, el enviado de Estados Unidos a negociar.