En Suecia hay clases contrario a lo que sucede en gran parte de Europa. Las escuelas primarias y los jardines de niños continúan abiertos.
En este país se contabilizan tres mil casos y 92 muertes.
El Departamento de Salud no cree que los menores estén transmitiendo la enfermedad en gran medida y “que los costos de medidas tan drásticas superan los beneficios”.
Johan Giesecke, exepidemiólogo jefe de la agencia, considera que el gobierno sueco había resistido el impulso de parecer estar tomando medidas, y que las restricciones de otros países no tenían una “estrategia de salida”.
El también asesor de la OMS cree “que la razón es que los políticos suecos no han sentido la necesidad de mostrar acción y fortaleza, en tantos países europeos, como ha sucedido en muchos países europeos”.