El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) lanzó el Índice de Competitividad Urbana 2021, en éste se analizaron 69 ciudades donde se concentra el 86 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la producción del país, además se suma 84 por ciento del talento medido en educación y se concentra 88 por ciento de la inversión en México.
Los principales factores que incidieron en la competitividad de las 69 principales ciudades, fueron temas como baja en los ingresos de cada entidad, una menor movilidad por la pandemia del coronavirus y una caída en la inversión extranjera directa.
Urbes como Monterrey, Guadalajara, Mazatlán, Los Cabos, Piedras Negras y el Valle de México destacaron por su desempeño, sin embargo, con todo y sus altas puntuaciones, ninguna alcanzó un índice alto de competitividad, logrando un nivel “adecuado”.
Entre las ciudades con los niveles por debajo o con peor competitividad, se encuentran Celaya, Poza Rica y Cuautla.
Otras tuvieron retrocesos importantes, como León, Guanajuato que perdió lugares en el índice de competitividad, pasó de la posición 11 a la 14 porque bajó la diversificación económica y el tema de tasa de homicidios que se incrementó 32 por ciento; y Celaya, de la posición 18 a la 23, una caída de 5 puntos, donde la equidad salarial empeoró, y la tasa de homicidios que creció 152 por ciento.
Covid-19 afecta niveles de competitividad de las ciudades mexicanas
La pandemia afectó los niveles de competitividad de las urbes mexicanas. Los estragos se notaron más en los indicadores económicos, sociales y educativos, según el reporte del IMCO.
Durante el 2020 hubo una caída generalizada en los indicadores de finanzas y de inversión, los ingresos propios del gasto público cayeron 28 por ciento a 26 por ciento en promedio y la inversión extranjera directa se contrajo 18 por ciento.
Sin embargo, hubo mejoras generalizadas en el subíndice de delitos y el de conectividad.
Los delitos del fuero común cayeron de 19 a 16 por cada 100 mil habitantes, y el porcentaje de hogares con Internet subió de 26 por ciento a 37 por ciento debido a las necesidades del trabajo y estudio remoto.