Probablemente más de una vez te has encontrado con la noticia de que “Don Goyo” despertó y exhaló, seguido de imágenes del icónico volcán Popocatépetl con su ya común actividad de pequeñas explosiones y riego de ceniza en zonas aledañas; por lo que es fundamental conocer un poco más sobre este monte ubicado en el estado de Puebla y la peculiar razón que dio origen a su apodo.
Con más de 700 mil años de historia, el Popocatépetl lleva este nombre por su significado en náhuatl, el cual traducido al español quiere decir Monte que humea; sin embargo, su apodo de “Don Goyo” fue acuñado por una de las comunidades que radican en las faldas del volcán, conocida como Xalitzintla.
¿Quién nombró “Don Goyo” al Popocatépetl?
Xalitzintla es un pueblo ubicado a 12 kilómetros del volcán y con una población estimada de 2 mil habitantes, responsables de que el Popocatépetl empezar a ser conocido como “Don Goyo
”, un diminutivo del nombre Gregorio, pues de acuerdo con la leyenda de los pobladores, es el nombre del ser humanizado que salía a advertir a los vecinos del “Popo” que se aproximaba una erupción.
Según los habitantes de la comunidad de Santiago Xalitzintla , fue hace décadas cuando un hombre se encontró por primera vez a Don Gregorio mientras caminaba por las faldas del volcán, a quien le reveló sus cualidades y lo convirtió en el primer tempero, personas elegidas para alertar a los pobladores del peligro gracias a su comunicación con el Popocatépetl.
A raíz de este personaje comenzaron a surgir los Temperos, una especie de sacerdotes que, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal de México, dicen tener la facultad de comunicarse con el volcán en sueños y que le dieron vida a “Don Goyo”, un ser personificado con pelo y barba blanca, quien se habría autodenominado como el espíritu mismo del volcán.
¿Cuándo fue la última vez que hizo erupción el volcán Popocatépetl?
El Popocatépetl es un volcán activo, el cual desde 1990 incrementó considerablemente su actividad con erupciones moderadas y fumarolas, pero que vivió su última gran explosión entre el 18 y 19 de diciembre del año 2000, cuando las cámaras de todo el mundo se volcaron al cráter mexicano y vieron una constante salida de magma durante varias horas de la noche y hasta el día siguiente.
Antes de aquella noche, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred ) y Protección Civil desalojaron comunidades de hasta 13 kilómetros a la redonda por la extraña actividad al interior del volcán y su intensa exhalación de elementos incandescentes.
Durante dos días el volcán expulsó lava y fue considerada como la jornada de mayor liberación de energía; sin embargo, debido a la prevención generada por su monitoreo, los daños no fueron de mayor escala.