Porfirio Díaz, ¿el malo del cuento? No todo es como lo pintan

Es verdad que Porfirio Díaz se rehusaba a dejar el poder, pero también es cierto, y esto casi no lo dicen, que México progresó en muchos sentidos.

Escrito por: Fernanda Ortega
| Fuerza Informativa Azteca

Este fin de semana en México, las carreteras, hoteles, playas y aeropuertos estuvieron a lo que dan, gracias a un evento que inició hace 112 años. Tal vez haya quienes no tengan idea de lo que se conmemora o lo confundan con alguna otra celebración patriótica como la independencia o el 5 de mayo, pero seguro que el nombre de Porfirio Díaz, les recuerda muchas cosas.

Hace poco más de un siglo, en distintas partes del país, se llevó a cabo la Revolución Mexicana , con el objetivo de terminar con las casi tres décadas de mandato de Porfirio Díaz.

Y hablando de este personaje tan importante en la historia de México, me parece que es necesario darle el lugar que se merece.

Porque Porfirio Díaz es un hombre al que generalmente se le tiene recelo y se le mira con hostilidad. ¿Y por qué? porque saber que un presidente se reelige una y otra vez, aún cuando dijo que no lo haría, no despierta mucho afecto que digamos.

Retrato de Porfirio Díaz en uniforme militar

Sin embargo, ni todo es tan oscuro, ni todo es tan claro. Es verdad que nuestro general Porfirio Díaz se rehusaba a dejar el poder, pero también es cierto, y esto casi no lo dicen, que México progresó en muchos sentidos durante su presidencia.

La modernización de México

Por ejemplo, desde que se consumó la independencia en 1821, México no había dejado de tener conflictos. Que si con Estados Unidos, que si con Francia, que si entre liberales y conservadores, que si todos contra todos.

Y claro, estos pleitos impedían que nuestro país se desarrollara adecuadamente, hasta que Porfirio Díaz, aplicando muy bien el “divide y vencerás” con caudillos y distintas zonas militares, tomó el control del ejército, y aunque de ahí en adelante no lo soltó, mantuvo la paz en todo México.

Derrocar a Porfirio Díaz fue el motor para el inicio de la Revolución Mexicana

En cuanto a comunicaciones, fue durante el porfiriato que el ferrocarril llegó a México con la línea Veracruz-México. Con el tiempo, nuestra nación y Estados Unidos ya estaban conectados por el Paso del Norte, y ya para 1910, había cerca de 20 mil kilómetros de vías que transportaban principalmente insumos y materias primas, y que además conectaban minas, puertos y fronteras con la capital mexicana.

De igual manera, la llegada del telégrafo y la conexión del cable submarino, permitieron que México se hiciera de un lugar en el ámbito internacional, todo lo anterior con el fin de acrecentar la economía del país, pues se atraía la inversión extranjera y nacional.

Y por último, pero no menos importante, el desarrollo de las artes. Porfirio Díaz tenía una obsesión con todo lo europeo, especialmente con lo francés, por lo que para estar a la vanguardia, no dudó en traer puestas en escena de aquellos lugares, mismas que se exhibían en teatros con una arquitectura cien por ciento influenciada por los recintos parisinos. Además, México acogió aquellas primeras cámaras de cine, con las grababan al mismo Porfirio Díaz dando un paseo, o todo el lado moderno de la capital.

Teatros, academias de arte, escuelas y museos formaron parte del impulso cultural ordenado por nuestro general. Porque ¿cómo podríamos pertenecer al primer mundo si no éramos lo suficientemente letrados?

Grabación de Porfirio Díaz

Una nueva visión de México... destruida

Sean cuales hayan sido los motivos para poner en marcha su “Orden y Progreso”, y los daños colaterales en el momento, lo cierto es que Porfirio Díaz le cambió la cara a México.

Pero ahora viene lo controversial, porque fue precisamente la Revolución Mexicana -esa que celebramos año con año- la que terminó por destruir gran parte de lo construido por Porfirio Díaz. En esta vorágine de violencia y crueldad murieron cientos de miles de mexicanos, se destruyeron empresas, y México terminó retrocediendo décadas en su progreso hacia la modernidad.

¿Y todo para qué? No me digan que por democracia, porque el sistema que emanó de la Revolución fue una dictadura suave de 70 años. ¿Libertad? Tampoco hubo tanta. ¿Modernidad? Tardó décadas en recuperar el camino perdido.

Claro está que no debemos dejarnos llevar por patriotismos baratos en estas conmemoraciones. Porque, como en el caso de la Revolución Mexicana, muchas veces el remedio sale peor que la enfermedad.

¿Qué piensas al respecto?

Escrito por: Fernanda Ortega