Hace 165 años, en 1859, se produjo una tormenta solar de grandes proporciones. Esta afectó transformadores eléctricos y redes de alimentación eléctrica, lo que provocó explosiones, cortocircuitos e incendios.
Este evento histórico sirvió como un llamado de atención para la comunidad científica internacional, que intensificó la observación del Sol para descubrir sus secretos y prepararse ante la posibilidad de que un fenómeno similar pueda ocurrir en el futuro.
¿Qué causa las tormentas solares?
Las tormentas solares, también conocidas como tormentas geomagnéticas, son eventos naturales que se han presentado a lo largo de la vida del Sol. Estas tormentas son el resultado del aumento de la actividad solar, que provoca la emisión de una gran cantidad de partículas cargadas eléctricamente desde nuestra estrella.
Estas partículas son proyectadas en diversas direcciones y, afortunadamente, solo en raras ocasiones coinciden con la Tierra mientras esta se mueve en su órbita alrededor del Sol. Cuando esto sucede, las partículas cargadas pueden interactuar con el campo magnético terrestre, generando una serie de efectos en nuestro planeta.
¿Los satélites pueden caer por una tormenta solar?
El físico y astrónomo del Planetario “Luis Enrique Erro” del Instituto Politécnico Nacional, Wilder Chicana Nuncebay, señaló que el violento incremento de la radiación también hace que se calienten las capas superiores de la atmósfera terrestre, las cuales se hacen más gruesas y pueden crear fricción a los satélites con órbitas de baja altura.
“Las partículas de la atmósfera engrosada podrían frenar un poco el movimiento de los satélites, actuando sobre ellos como una fuerza de fricción, haciendo que estos pierdan energía cinética y como consecuencia a largo plazo podrían caer a la Tierra. Sin embargo, la radiación misma al interactuar con la electrónica de los satélites los podría quemar. Por ello, en parte, se desarrolló el transbordador espacial Space Shuttle de la NASA, para tomar a los satélites y recolocarlos en órbitas más altas”, comentó.
¿Cómo afectan las tormentas solares a las comunicaciones?
El profesor Wilder Chicana advierte que la tecnología eléctrica y electrónica que creamos es vulnerable a las tormentas solares. Estas, al presentarse con alta intensidad, pueden afectar cualquier dispositivo: desde teléfonos y computadoras hasta marcapasos.
Sin embargo, la Tierra tiene un escudo protector: la magnetósfera. Esta funciona como un paraguas que nos protege de la radiación y de las partículas cargadas eléctricamente del Sol.
Como te mencionamos anteriormente, las tormentas solares liberan una gran cantidad de partículas cargadas eléctricamente que pueden interactuar con el campo magnético terrestre. Esto puede generar corrientes inducidas en los sistemas eléctricos, lo que puede dañar los dispositivos.
El daño depende de la intensidad de la tormenta solar. Las tormentas más fuertes pueden causar daños generalizados a la infraestructura eléctrica, mientras que las tormentas más débiles solo pueden causar interrupciones menores.
