Es un local de la Ciudad de México lleno de pelotas, diábolos, clavas y aros. Instrumentos musicales que junto con malabares ayudan al desarrollo y rehabilitación física de chicos y grandes.
Están hechos para el impulso de habilidades de pequeños, y acompañamiento para que terapias físicas sean más ágiles y efectivas. “A personas que tienen algún problema motriz, o que han tenido algún accidente, los malabares les ayuda bastante a poder tener una terapia más sencilla, mas fácil con cualquiera de nuestros juguetes,” afirma Daniel Acosta, gerente de la tienda.
Además de los artículos circenses, el establecimiento ofrece instrumentos musicales muy particulares: ukuleles. Los hay de todos colores y distintos materiales. Y para el uso de estos objetos e instrumentos, el negocio desarrolla tutoriales digitales.
“No nada más es que el cliente vaya, sino que explore nuestros canales, y que vea que ahí hay material y contenido infinito para él, para que resuelva sus dudas a través de nosotros”, explica Jorge de Jesús Silva, encargado del local.
Daniel y Jorge afirman que a raíz de la pandemia se han duplicado sus ventas, y han incrementado hasta cinco veces las visitas a su canal digital.
Después de todo, argumentan que su intención no es sólo vender o colocar un producto, sino crear una red de usuarios a quienes instruir y darles seguimiento.