Había escuchado mucho de Chiapas y por fin tuve la oportunidad de conocerlo. Nuestro recorrido inició en una de las primeras ciudades del continente, también conocida, como la Puerta de América: Chiapa de Corzo .
Imagínate caminar y ver adoquines, tejados, arcos y artesanía, con un diseño de calles perfectamente trazado, muy al estilo español, que te llevan hasta la Plaza Central.
Ahí te encuentras con uno de los monumentos más hermosos y únicos que se pueden apreciar en nuestro país. Una pila en forma de corona, con un diseño que tiene influencia de arte islámico. En armonía, una torre llamada “El Reloj” se alínea perfectamente frente a ella. Y ahí se logran las mejores postales.
Dicen que no te puedes ir de Chiapa de Corzo sin probar el Pozol y el Tascalate, lo hicimos, y justo a la hora del Pozol, que es cerca del mediodía. Así como el té para los ingleses, el Pozol para los chiapanecos. Por su sabor tan particular, se convirtió en una de mis bebidas refrescantes favoritas.
En este Pueblo Mágico, sólo se escucha un sonido, el de la Marimba . La tocan en la casa, en la plaza, en los mercados, en festividades y hasta funerales.
Un lugar lleno de historia, de cultura y tradición... Y sin duda, una de las mejores tardes de mi vida.