La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) anunció planes para lanzar dos nuevas misiones a Venus entre 2028 y 2030. Estas misiones científicas son las primera en décadas y pretenden estudiar la atmósfera y la historia geológica del vecino planetario más cercano de la Tierra.
La agencia espacial estadounidense dijo que estaba otorgando alrededor de $500 millones de dólares para el desarrollo de cada una de las dos misiones, bautizadas como DAVINCI+, abreviatura de Atmosphere Venus Investigation of Noble Gases, Chemistry and Imaging, y VERITAS, acrónimo de Venus Emissivity, Radio Science, InSAR, Topography and Spectroscopy.
DAVINCI+ medirá la composición de la atmósfera densa de Venus para mejorar la comprensión de cómo evolucionó, mientras que VERITAS mapeará la superficie del planeta para ayudar a determinar su historia geológica y por qué se desarrolló de manera tan diferente a la Tierra, dijo la NASA.
“Estas dos misiones hermanas tienen como objetivo comprender cómo Venus se convirtió en un mundo infernal capaz de derretir el plomo en la superficie. Ofrecerán a toda la comunidad científica la oportunidad de investigar un planeta en el que no hemos estado en más de 30 años. Esperamos que estas misiones mejoren nuestra comprensión de cómo evolucionó la Tierra y por qué actualmente es habitable cuando otros planetas en nuestro sistema solar no lo son”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson en conferencia de prensa.
También se espera que DAVINCI + devuelva las primeras imágenes de alta resolución de las características geológicas únicas en Venus llamadas “teselas”, que pueden ser comparables a los continentes de la Tierra y sugieren que Venus tiene placas tectónicas, de acuerdo al anuncio de la NASA.
La última misión de NASA a Venus fue en 1989
La última misión para estudiar la superficie de Venus por parte de la NASA fue en 1989, cuando envió la sonda espacial Magallanes para estudiar la geología del planeta. El 10 de agosto de 1990, la sonda llegó a su órbita alrededor del planeta y cartografió mediante un radar la superficie. Los mapas resultantes son los más detallados que existen. Después de una misión de cuatro años, la sonda, como estaba planeado, se sumergió en la atmósfera de Venus el 11 de octubre de 1994. Algunas partes se vaporizaron y se piensa que algunas otras llegaron a la superficie de Venus.
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