El gobierno de Pakistán ha tomado la decisión el pasado martes de bloquear Tinder y otras aplicaciones de citas, con la intención de controlar contenidos que considera “inmorales” e “indecentes”; dicho anuncio se dio a conocer después de que amenazaran con cerrar YouTube por razones parecidas.
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La semana pasada, la Autoridad de Pakistán de Telecomunicaciones le pidió a YouTube que bloqueara aquellos videos que eran considerados como “cuestionables”.
Sin embargo, ésto logró que varios usuarios y miembros de la defensa de los derechos de los consumidores los criticaran; el temor ha comenzado a invadirlos por la posible creciente censura y control sobre internet y los medios en Pakistán.
Pakistán se ha considerado como una nación en su mayoría musulmana, por lo que ha impuesto numerosas restricciones a la libertad de expresión en nombre del islam o de la seguridad nacional.
Incluso, un libro de matemáticas fue prohibido a finales de julio, ya que en uno de sus problemas aparecían tres cerditos, un animal vedado para los musulmanes, por lo que fue catalogado como “anti-Pakistán”.
En agosto, el parlamento de la provincia de Punyab, donde residen la mitad de los 215 millones de paquistaníes, votó de manera unánime un proyecto de ley que dice que si los editores publican elementos “reprensibles”, se les impondrán multas o hasta cinco años en prisión.
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La socióloga Nida Kirmani comentó que desgraciadamente se trata de un nuevo episodio de una larga historia de medidas regresivas y antidemocráticas adoptadas por los representantes del Estado, que utilizan la religión como excusa para asfixiar la libertad de expresión y el pensamiento crítico.