La jefa de la Organización Mundial de Comercio (OMC) presentó el miércoles una serie de acciones para que los países y los fabricantes de medicamentos aumenten la producción de vacunas contra Covid-19 y las compartan de manera más amplia y justa.
Ngozi Okonjo-Iweala , quien se convirtió en directora general de la OMC en marzo, convocó una reunión a puertas cerradas de productores, gobiernos y otros sobre el acceso desigual a las vacunas, en momentos en que los países de bajos ingresos han administrado solo el 0.2% de los 700 millones de dosis globales.
Okonjo-Iweala dijo en sus comentarios finales que las preocupaciones sobre las cadenas de suministro transfronterizas, incluidas las restricciones a las exportaciones y la escasez de personal calificado, habían reforzado su opinión de que la OMC debe desempeñar un papel central en la respuesta a la pandemia.
“En las próximas semanas y meses, esperamos acciones de seguimiento concretas. Estos temas no son fáciles, pero la voluntad política y el compromiso del sector privado mostrados hoy sugieren que es posible”, dijo.
Los miembros de la OMC, destacó, necesitan reducir las restricciones a la exportación y trabajar para facilitar la logística y los procedimientos aduaneros. También deberían avanzar en las negociaciones sobre una propuesta de India y Sudáfrica, respaldada por más de 80 miembros de la OMC, para renunciar temporalmente a los derechos de propiedad intelectual (PI) de las empresas farmacéuticas.
Okonjo-Iweala dijo que esperaba que un objetivo común llevara a las partes a encontrar una solución aceptable para todos. La directora de la OMC instó además a los fabricantes de vacunas a aumentar la transferencia de tecnología para incorporar nueva capacidad de fabricación y ser transparentes en los contratos y los precios.
Pfizer y BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson yAstraZeneca se encuentran entre las empresas que producen vacunas contra el Covid-19. La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, dijo a los asistentes que la enorme brecha entre el acceso a los medicamentos de los países desarrollados y en desarrollo, vista anteriormente durante la crisis del sida, no podía repetirse.
“Como gobiernos y líderes de instituciones internacionales se nos exige el más alto nivel de valentía y sacrificio en tiempos de crisis. Lo mismo debe exigirse a la industria”, sostuvo.