Una mujer estaba desesperada porque su hija tenía un novio con cáncer. La chica decía amar a ese chico y quería casarse con él, por amor y para facilitar los procesos necesarios en clínicas y hospitales. La madre no quería permitir que su hija “echara a perder su vida” al contraer nupcias con el chico con cáncer.
Una mujer estaba desesperada y muy molesta con su hija. La chica tenía un novio que tiene cáncer y se enteró que los dos querían casarse. La mujer estaba segura de que su hija iba a arruinar su vida si seguía con la decisión de casarse. La mujer adulta también dijo que la vida del chico con cáncer no le importaba en lo absoluto y quería que dejara en paz a su hija.
La tía de la chica estaba harta de su hermana y de sus chantajes. Ella no quería dejar sola a su sobrina ni a su novio, no pensaba abandonar al chico que tenía cáncer. La tía es la persona que recibió a su sobrina y a su novio en su casa. Dijo comprender a su sobrina porque ella también perdió a una pareja a la que le tenía muchísimo amor. También dijo que su hermana no comprenda lo que es un amor sincero y que tampoco quiera apoyar a su hija con una situación tan delicada.