Sabemos que las crisis ambientales están por todos lados. La contaminación y la explotación de recursos se dan a pasos agigantados en todos los ecosistemas. Sin embargo, como lo vemos a gran escala -destrucción de manglares, tala de árboles, derramamiento de petróleo, etc.- creemos que son temas de los que solo el gobierno y las grandes empresas deben encargarse.
Claro, en muchos casos, las grandes industrias sí son las responsables de estos ecocidios. Si no me creen, basta con ver el desastre que han causado en diversos momentos de la historia la industria de los hidrocarburos.
¿Pero seguirían solo culpándoles a ellos si les dijera que el 69% de la basura proviene de las viviendas? ¿O que, de acuerdo con el Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de Recursos 2020, cada mexicano produce 0.944 gramos de basura, dando un total de 120 mil 128 toneladas diarias?
Entonces, ya no es un asunto solo de dirigentes y empresarios, ¿verdad?
En las últimas horas, han salido a relucir ciertas cifras acerca de la problemática de la basura en México. Nancy Jiménez, especialista del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, expone en un seminario universitario que en 25 años se duplicó la cantidad de desechos que los mexicanos generamos, es decir, de 21.9 millones de toneladas anuales, a 44.6 millones.
Y más que señalar las deficiencias en la logística del manejo de desechos, porque solo llegan 86 mil toneladas de basura a los depósitos mientras el resto “se pierde en el camino”, quiero enfocarme, a modo de reflexión, en las razones por las que generamos tanta contaminación.
Entre más gente, más basura, dirán algunos por lógica. Y es verdad, somos el onceavo país más poblado del mundo, pero ¿por qué si se nos han acercado alternativas para reciclar, si vemos botes de diferentes colores para dividir los desechos por materiales, y si hay centros de tratamiento, no tomamos acción?
Debido a que no hay una cultura de separación de residuos tan arraigada en México, solo 277 toneladas son recuperadas para reciclaje y reúso, un 8.2% menos que hace 10 años. ¿Será la desidia, la ignorancia o la falta de tiempo lo que nos llevó a esta caída?
Un consumo responsable ayudaría a reducir la generación de basura
Por otro lado, está el consumo. Cada vez que compramos algo, ya sea orgánico o no, ya sea biodegradable o no, generamos basura. ¿Compramos porque lo necesitamos o porque seguimos modas? ¿Compramos pensando en mantener nuestras adquisiciones por mucho tiempo, o a la primera descompostura las desechamos?
Si no optamos por reciclar y separar, por lo menos deberíamos apuntar a un consumo responsable y consciente con el que disminuyamos la generación de residuos. Se ha dicho numerosas veces que si todos quisiéramos tener el estilo de vida de un gringo promedio, necesitaríamos cuatro planetas Tierra para contar con los recursos necesarios.
Esta es nuestra realidad. Nos estamos acabando al mundo y al mismo tiempo nos ahogamos en nuestra propia basura.
¿Nos vamos a esperar a estar sepultados en desechos para tomar cartas en el asunto? ¿Seguiremos “echándole la bolita” al gobierno y a las transnacionales?
¿Conoces otras opciones para reducir la cantidad de basura que generas? ¿Crees que la sociedad ya hace demasiado respecto a este tema?
