Balazos, no abrazos: la cruda realidad tras el doble asesinato en Tlalpan
La violencia golpea el corazón de la CDMX: Ximena y Pepe, colaboradores de alto nivel, son víctimas de un ajuste de cuentas en Tlalpan... ¿qué se sabe?
Nuestras más sinceras condolencias para familiares, amigos y colaboradores de Ximena y de Pepe, víctimas de un ajuste de cuentas. Sí, ajuste de cuentas. Un concepto fuerte, pero que estrictamente se refiere a un crimen que se comete con violencia y que puede ser por varias causas.
Y en este México violento, ese crimen ocurre pasadas las 7 de la mañana, en una de las calzadas más transitadas que tiene la Ciudad de México.
Sobre Tlalpan, el único buitre que andaba era el sicario. Después llegaron cámaras y micrófonos de uno y de otro medio a reportar lo que pasaba.
Fue un profesional contratado por alguien el que les disparó a quema ropa. Los cuatro tiros en el parabrisas de la camioneta son muestra de la total impunidad con la que un matón ejecuta a dos personas, sube una moto y huye. Un doble asesinato que por sí solo se politiza.
Las víctimas fueron la secretaria particular de la jefa de gobierno y su asesor. Un secretario particular se despierta antes que su jefe y se duerme después de él. Sabe todo lo de su vida, en lo profesional y en lo personal. Un asesor le habla al oído al jefe y generalmente ese jefe le hace caso. De esa relevancia personal y política eran Ximena y Pepe.
Claramente a estos balazos no se puede responder con abrazos.