El Punto de VistalVazo | Free Fire: jugar a perder

Free Fire El Punto de Vistalvazo: caso Giovanna

Escrito por: Alejandro Villalvazo

¡Te digo como te ganan! Cuidado niñas y niños, que pueden perder más que un juego. Cuidado papás y mamás, que pueden perder a sus hijos… La estrategia de los “hijos de la chingada” es muy sencilla. Ya lo sabemos, el Free Fire se juega en línea. La comunicación entre los jugadores se da en la llamada sala de espera o una vez que ha empezado la batalla campal. Puedes estar jugando con conocidos o con desconocidos, solo o en equipo.

El rival, en todos los sentidos representa un peligro, ese rival, que quién sabe quién es, empieza a conocerte, te estudia. Primero, se deja ganar en Free Fire, lo hace para ver qué “cosas” empiezas a comprar para armarte en el juego. Eso le dice si eres hombre o mujer y más o menos cuántos años tienes.

Ya te identificó, por ejemplo, sabe que eres una niña y que tendrás entre 10 y 15 años, eso es lo que anda buscando. Ahora sí, él se pondrá a jugar, te recuerdo que se dejó ganar porque en realidad él es un experto en el videojuego.

Entonces, te gana una y otra vez, hasta que te quita todo eso que habías comprado en Free Fire. El juego para ti ha terminado, pero para él no, su estrategia continua. Como ya no tienes nada, te mandará regalos para que puedas seguir jugando. Te sorprende, ninguno de tus “verdaderos” amigos hace eso. Él sí, él ahora es tu “nuevo mejor amigo”. Se ha ganado toda tu confianza… Siguen jugando.

Ha llegado el momento para preguntar y para contestar. ¿Cómo te llamas en realidad, cuántos años tienes, cuál es tu WhatsApp? Sin mayor problema, le contestas eso y más.

Le dices incluso cosas que no te preguntó, estás en confianza. Por eso la comunicación pasó del juego a llamadas por teléfono o mensajes de texto. Intercambian fotografías. La plática se hace más íntima, si ya llegaste hasta ese punto estás en verdadero peligro.

De ahí, a que te vayas con él, hay 40 segundos de diferencia, así se ve en la imagen. Angélica Giovanna, a sus 12 años, tardó menos de un minuto en salir de casa, cruzar la calle, subirse a un coche, e irse con un completo desconocido…

Este modo de operar de los malos, lo tiene bien identificado la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, que en sus archivos hay investigaciones de casos similares.

Angélica Giovanna, tiene ángel, un angelote de la guarda, porque regresó a casa después de la presión social que hicieron familiares, amigos y vecinos.

Los suyos bloquearon la Avenida Central, una de las principales rutas del Estado de México. A las 48 horas, Angélica Giovanna, le habló a su papá para pedirle que la recogiera en una gasolinera, que estaba bien y que se había ido de casa por voluntad.

Angélica Giovanna, tuvo mucha suerte, la mayoría de los niños y jóvenes enganchados en videojuegos o redes sociales no regresan, terminan siendo explotados laboral o sexualmente, aquí o al otro lado del mundo.

Padres de familia deben ser los mejores amigos de sus hijos

Papás, mamás, niños, el consejo de los psicólogos es mejorar la comunicación en casa… Los grandotes tenemos que decirle a los chiquitos los peligros que hay en su camino, y en esos caminos de la vida los videojuegos son parte importante.

Y los niños deben de tener la confianza de contarle a alguien de la familia sobre su vida, sobre todo, si conocen a alguien y la comunicación que están teniendo con esa persona. ¿De qué hablan? ¿Qué tan íntima es? ¿Hasta dónde están llegando con esos nuevos amigos?

La idea es seguir jugando en la vida, acompañado de los mejores amigos que hay, y esos siempre estarán en la familia.

Ya lo advertimos en una videocolumna de finales de octubre del año pasado, estamos jugando a satanizar los videojuegos… Jugamos a buscar culpables de una descomposición social cuando deberíamos jugar a ser mejores personas, todos los días, cada quien, literal… Literal, con el control de su vida, con el control de su vida.

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