Recientemente, un grupo de astrónomos ha hecho un descubrimiento sorprendente que arroja luz sobre la evolución estelar y plantea preguntas sobre la seguridad de nuestro planeta. Han encontrado evidencia de una estrella enana blanca que parece haber “devorado” sus propios planetas, en un fenómeno conocido como “canibalismo estelar”.
Astrónomos encuentran estrella ‘caníbal’
El estudio se basó en observaciones detalladas realizadas con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile. Los astrónomos detectaron una cicatriz en la superficie de la enana blanca WD 0816-310, que indica la presencia de metales provenientes de la canibalización de sus planetas. Esta revelación sugiere que algunas estrellas enanas blancas pueden consumir partes de sus sistemas planetarios a medida que llegan al final de sus vidas.
Te puede interesar: Científicos advierten sobre el surgimiento de un nuevo océano
Laura representará a México en la NASA y esta es su gran historia
Así mismo, los metales observados, originados probablemente de fragmentos planetarios del tamaño de Vesta, un asteroide con un diámetro de alrededor de 530 kilómetros, se concentran en una región específica de la enana blanca. Además, los cambios en la señal de estos metales están correlacionados con las fluctuaciones en el campo magnético de la estrella, sugiriendo que este último desempeña un papel crucial en el proceso de canibalismo estelar.
¿Qué amenaza representa para la Tierra?
Ante este descubrimiento, surge la pregunta inevitable: ¿representa esta estrella ‘caníbal’ una amenaza para la Tierra? Aunque la idea de una estrella devoradora de planetas puede sonar alarmante, es importante destacar que este tipo de eventos ocurren en escalas de tiempo astronómicas y a distancias extremadamente lejanas de nuestro planeta. Por lo tanto, no existe una amenaza directa para la Tierra proveniente de WD 0816-310.
Te puede interesar: ¿Cuál es la mejor hora para ver el eclipse solar total de 2024 en la CDMX?
Sin embargo, este hallazgo subraya la diversidad de procesos que tienen lugar en el universo y nos recuerda que nuestro propio Sistema Solar no es inmune a transformaciones. En este sentido, aunque el Sol está actualmente en la fase de secuencia principal de su evolución, eventualmente se convertirá en una enana blanca, lo que plantea interrogantes sobre el destino final de los planetas que lo orbitan, incluida la Tierra.
