Unos perritos necesitaban ayuda y un equipo fue para rescatarlos.
Todos merecemos un pequeño descanso después de una larga jornada laboral, pero este hombre quiso aprovechar el suyo en pleno lugar de trabajo, y se subió a un árbol a reposar un momento. Estaba muy despreocupado de la vida, hasta que le hablaron para que regresará a trabajar y al querer bajar creyó que balanceándose sería la forma más útil y rápida de bajar, así que sin pensarlo se balanceo cual chango, pero la frágil rama no soportó su peso y se desprendió completamente del tronco, dejando al joven caer de espaldas.
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Lo que queda claro, es que ese descanso lo recordará siempre porque se llevó un fuerte azotón que tal vez dolerá un par de días.