Era el último día de clases y tenían todo preparado para las vacaciones de verano, cuando Salvador Ramos entró al centro Robb Elementary School de Ugalde en Texas y asesinó a de 19 niños y a dos maestras.
James Luna, de 6 años de edad, fue uno de los sobrevivientes y contó cómo se vivió el tiroteo dentro de la escuela de Uvalde.
“Estábamos afuera en el recreo y nuestro entrenador nos dijo que entraramos, ahí fue que escuchamos tres disparos y luego solo escuchamos gritos”, dijo a la prensa local de su país.
Amerie Jo Garza fue una de las niñas que falleció en el tiroteo, quien además intentó sacar su celular y llamar a la policía antes de perder la vida. Ángel Garza, padre de la menor, describe a su hija como responsable y creativa.
“Ella solo estaba tratando de hacer lo correcto, solo intentaba llamar a la policía. Tenía tanto miedo de los extraños, y cosas como estas, que cerraba la puerta de la casa cuando yo salía a ponerle gasolina al coche. Este es literalmente como su peor miedo. Ella solo estaba tratando de ayudar a todos”, dijo a la prensa estadounidense.
Dos maestras perdieron la vida en el tiroteo de Texas
Eva Mireles de 44 años de edad trabajaba como profesora de educación especial y sus familiares la definen como “el alma de la fiesta”. Le gustaba correr, practicar senderismo, andar en bicicleta y era esposa de un policía.
La hija de Eva Mireles escribió una carta para despedir a su mamá: “No paro de decirme que esto no es real, solo quiero escuchar tu voz y hablarle a los perros con esa voz tonta que nos despierta a todos por la mañana”.
Irma García fue otras de las maestras que falleció en el tiroteo, quien se puso como “escudo humano” para proteger a sus alumnos. Elementos de seguridad encontraron su cuerpo abrazando a varios de sus alumnos.
Joe García, esposo de esta maestra, falleció ayer por un paro cardíaco debido al dolor y tristeza de perder su compañera de vida. Ambos dejaron a cuatro niños huérfanos.
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