La ciudad de Dallas se encuentra en alerta tras la detención de cuatro miembros del Tren de Aragua. A finales de septiembre, los delincuentes llevaron a cabo una invasión violenta en una propiedad residencial, que expuso la creciente presencia de organizaciones criminales extranjeras en Estados Unidos.
En este ataque, los criminales agredieron a la dueña de la casa en Dallas y la despojaron de sus principales objetos de valor. Este suceso despertó el temor en la comunidad sobre el impacto y la expansión de estas bandas en el país.
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El Tren de Aragua es una violenta pandilla latina que se dedica al tráfico de drogas, extorsión y otros delitos graves. Surgida en Venezuela, hace tiempo expandió sus operaciones a nivel internacional, que incluyó varios países de América.
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Detenciones a miembros del Tren de Aragua en Dallas
El incidente ocurrió cuando la víctima fue abordada por cuatro miembros del Tren de Aragua al salir de su coche en el garaje de su hogar. Los criminales la arrastraron al interior de la casa, la ataron y la golpearon brutalmente con una pistola, mientras la amenazaban con mutilarla.
El robo incluyó objetos de lujo, como joyas y un bolso de alta gama. Las autoridades de Dallas iniciaron una investigación que llevó al arresto de Manuel Hernández-Hernández, de 28 años, a través de una huella dactilar encontrada en la escena.
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Posteriormente, la policía capturó a los otros tres sospechosos, todos venezolanos con vínculos confirmados con la pandilla. Los detenidos están bajo la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés): Yean Brayhan Torrealba-Sanabria, de 20 años; Carlos Alberto Martínez-Silva, de 34; y Wilmer Jesús Colmenares-González, de 27.
La amenaza del Tren de Aragua, ¿se extiende a otras ciudades?
A raíz de este caso, se puso el foco en la expansión del Tren de Aragua y otras organizaciones delictivas en Estados Unidos. Ciudades como Aurora, en Colorado, también fueron afectadas por esta u otras pandillas similares que tomaron el control de complejos residenciales de bajos ingresos.
Según las autoridades, estos grupos buscan aprovecharse de los inmigrantes, los barrios más vulnerables y las áreas residenciales de mayor poder adquisitivo. La creciente presencia de estas organizaciones representa un desafío significativo para las autoridades y la seguridad pública del país.
