Estados Unidos continúa tomando medidas para combatir la inmigración ilegal en su territorio, pero en los últimos días la administración de Joe Biden también mencionó que se realizaron ciertas modificaciones para el próximo censo en el país que, aunque faltan algunos años, beneficiarían a los residentes latinos por una particular diferencia en las preguntas.
Se trata de un cambio que fue promovido por el expresidente Barack Obama, que quedó trunco con el gobierno de Donald Trump y volvió a replantearse con el actual mandatario. Durante mucho tiempo, el cuestionario planteaba más dudas que certezas, ya que al menos dos interrogantes para los inmigrantes eran difíciles de responder. En principio, se le consultaba a la persona si era “hispana o latina” y, luego, si era “blanca, negra, nativa americana, asiática o de alguna otra raza”. Esto causaba confusión y muchos solo seleccionaban una opción sobre su identidad, para cubrir procesos legales o solicitar puestos de trabajo.
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En marzo, Biden decidió implementar una nueva medida, que se catalogó como la primera reforma efectuada del censo de EU en 27 años. En la próxima encuesta nacional, que se llevará a cabo en el 2030, “hispano o latino” pasará a ser una categoría única para raza y etnia, cuyo objetivo principal será poder identificar a esta población como un único colectivo. Sin embargo, algunas organizaciones consideran que esta categoría no identifica la raza y podría invisibilizar aún más a la comunidad afrolatina.
¿Por qué hicieron este cambio en el censo?
Esta resolución fue tomada principalmente porque la mayoría de los hispanos dudaban creyendo que las preguntas sobre la raza y el origen étnico eran similares y solían elegir la opción “alguna otra raza”. Desde el 2010 hasta el 2020, la población que se identificaba como tal llegó a aumentar en un 129%, superando a la población negra o afroamericana. En total se contabilizaban 49.9 millones de personas optando por esa categoría, demostrando que generaba confusión y respuestas erróneas durante décadas.
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Con este nuevo enfoque, los ciudadanos pueden seleccionar varias categorías para referirse a lo que reconocen como su identidad racial/étnica, pero marcando la única casilla de hispano o latino se considera una respuesta completa. Aunque la normativa ya está en vigencia, las agencias tienen hasta 18 meses para diseñar planes que puedan ejecutarla, seguidos de hasta cinco años como plazo límite para implementarlo.
