Un país con una vasta extensión territorial y una cultura arraigada en el automóvil, se ha quedado rezagado en la adopción de este transporte que moviliza y conecta a toda Europa, ¿por qué no había tren de alta velocidad en Estados Unidos?
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¿Cuál es el tren de alta velocidad en estados Unidos?
Estados Unidos no tiene una red extensa de trenes de alta velocidad como en Europa o Asia. Los trenes Acela y Brightline son las opciones más cercanas a lo que se considera alta velocidad en el país; sin embargo, por sus características, no dan un servicio tan veloz como los del viejo continente.
Actualmente se están desarrollando nuevos proyectos que podrían ampliar la red de trenes de alta velocidad en los próximos años.
En California se está construyendo una línea de alta velocidad que conectará Los Ángeles y San Francisco a 354 km/h (220 mph). Mientras que en Texas , se está planeando un tren de alta velocidad entre Dallas y Houston. En ambos casos se espera que entren en funcionamiento en 2029.
¿Por qué no había tren de alta velocidad en Estados Unidos?
Construir una red de trenes de alta velocidad en Estados Unidos representa todo un desafío, algunos de las factores más importantes son los siguientes:
El reinado del automóvil: Desde principios del siglo XX, Estados Unidos apostó por el desarrollo de una extensa red de carreteras e incentivó el uso del automóvil como principal medio de transporte. Esta cultura del auto ha permeado profundamente la sociedad estadounidense, dificultando el surgimiento de alternativas como el tren de alta velocidad.
Desregulación ferroviaria: En la década de 1970, la desregulación del sector ferroviario fragmentó el sistema, creando obstáculos para la inversión en mejoras y la coordinación entre diferentes líneas. Esto ha dificultado la creación de una red ferroviaria nacional eficiente y moderna.
Vastas distancias y baja densidad: La inmensidad del territorio estadounidense y la baja densidad de población en muchas áreas hacen que la construcción y el mantenimiento de una red ferroviaria de alta velocidad sean proyectos costosos y poco rentables.
Existe un debate en curso sobre el papel que debe jugar el gobierno en la financiación y operación del transporte público. La falta de consenso ha dificultado el avance de proyectos ferroviarios de alta velocidad que requieren una fuerte inversión pública.
