Aprovechando que el sábado en Box Azteca veremos a José “Trino” Cordova en contra de Martín Tecuapetla quiero compartirles un episodio que difícilmente olvidaré, sucedió en diciembre del 2018 en Tijuana, Baja California.
Cuando en el boxeo se utiliza la expresión Lado A se refiere al boxeador que tiene mejor récord que su contrincante. Este número favorable, en ocasiones, puede incluir títulos mundiales y generalmente acompaña al peleador más famoso, al favorito y al que cobra mejor (la mayoría de las veces).
Al ring del Auditorio Municipal Fausto Gutiérrez Moreno subió, como Lado A, José “Gallito” Quirino. Un peleador que ya conocía y de quien tengo, hasta la fecha, un buen recuerdo de su labor como peleador. Un boxeo agresivo, de anticipada reacción y atento para esquivar sin descuidar el intercambio, que es lo disfrutable en este deporte.
“El Gallito” Quirino llegó a ese compromiso decembrino con 20 victorias y dos derrotas, una cosecha muy buena considerando los 23 años que tenía entonces. Frente al temible ramillete de victorias que incluían 9 nocauts de Quirino estaba un joven de la Ciudad de México con ganas de trabajar. Su nombre era Joel Córdova, tenía la mitad de peleas en su experiencia profesional y que fue invitado al compromiso con poco tiempo de antelación. Pero deben saber ustedes que un boxeador de calidad siempre está listo y por otro lado los números no juegan un papel determinante sobre el cuadrilátero. Es verdad que tienen su lugar, pero la estadística se encuentra detrás de la voluntad, la preparación y la determinación.
La pelea entre José Quirino y Joel “Trino” Cordova fue emocionante desde el inicio porque “El Gallito”, quien jugaba de local, estaba luciendo menos que su rival. Eso se traduce en presión para el favorito y en reacción del público que obviamente prefiere tener a su paisano en la vitrina de los ganadores.
Ya habían transcurrido 8 de los 10 rounds y se escuchaba en la transmisión de Box Azteca la voz de Julio César Chávez sugiriéndole al referee el fin de la pelea porque “El Gallito” estaba recibiendo demasiado castigo de parte de “Trino”. La tarjeta extraoficial de Eduardo Lamazón mostraba un contundente 79-71 para Cordova al inicio del noveno round.
Eso significa que para los ojos del analista, y para el resto de la mesa de comentaristas que coincidió con los números de Don Lama, Quirino solo había ganado un round (El quinto según recuerdo).
La pelea llegó al décimo episodio con un “Trino” Cordova engrandecido por su presentación en Tijuana, salió como una fiera a buscar el nocaut y terminar con el combate, sin importar la tarifa que tuvo que pagar por descuidar la guardia.
Sonó la campana que indicó el final de la pelea y la gente en el Auditorio abucheó por una razón; el favorito no brilló, y serían testigos de cómo el peleador visitante se alzaba con la victoria. “Trino” más caliente de lo normal intercambió gestos y señas con algún sector del público que arrojó objetos al cuadrilátero.
Únicamente estábamos en espera de las tarjetas de los jueces con la decisión oficial. Esos minutos son eternos y más para los peleadores porque la duda los quema por segundo. El anunciador compartió la decisión: El veredicto fue empate dividido, es decir un juez calificó 94-94, otro vio ganar a Quirino 96-94 y el tercero a “Trino” 92-96.
La pelea la había ganado “Trino”, por mucho, pero los jueces dictaminaron empate. Incluso uno le dio la victoria al “Gallito”. Y está bien, cada quien hace su labor y no busco descalificar el trabajo de alguien, pero como dicen por ahí: “No sé qué pelea vieron”.
Aquella noche en Tijuana, muchos observamos algo que se puede calificar de robo. Afortunadamente la justicia deportiva llegó de manera inmediata con un desempate un par de meses después en febrero del 2019. Esa revancha la cobró “Trino” Cordova, ganó por decisión y fue la última pelea de José “Gallito” Quirino a quien esperamos ver pronto y en su mejor versión arriba del ring.
Nos vemos el sábado a las 11 de la noche en Azteca 7 La Casa del Boxeo.
Joel “Trino” Cordova vs Martín Tecuapetla.
