Ciudad de México.- El legado de Roberto Durán como uno de los grandes guerreros del cuadrilátero está bien justificado por una carrera digna de un “Dios del Olimpo” del boxeo, con 103 victorias, 70 nocauts, 16 derrotas y sin empate. Dentro de ese registro vienen enfrentamientos contra lo mejor de lo mejor desde la categoría de superpluma a supermediano, con rivales de gran calidad como Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler, Thomas Hearns, Wilfredo Benítez, José “Pipino” Cuevas, Carlos Palomino, Vinny Pazienza, Héctor “Macho” Camacho, Iran Barkley, Esteban de Jesús y Davey Moore, entre otros. Esas victorias fueron capaces de llevar el boxeo latino a las máximas latitudes.
Por esa razón, es considerado como el mayor latinoamericano de todos los tiempos, incluso por encima del mexicano Julio César Chávez, y entre los 10 más grandes de todos los tiempos. Ese mismo carácter lo ha trasladado a su vida cotidiana, donde es conocida su actitud frontal y sin tapujos al momento de dar una declaración. Desgraciadamente, el panameño tuvo que enfrentar otro gran desafío fuera del ring, en medio de una crisis sanitaria que azota a todo el mundo.
Hoy se encuentra en proceso de recuperación y agradecido por los siguientes rounds que le quedan de vida. Por esa razón, compartió a través de sus redes sociales un hermoso mensaje de agradecimiento a todo personal sanitario del Hospital General que lo atendió durante la cuarentena. Ahora en su casa, deberá continuará su recuperación y mantener el aislamiento correspondiente, muestra de que los grandes guerreros cumplen sus principales batallas en diferentes momentos de su vida, característica que va en su totalidad con el espíritu luchador de un hombre que con sus “Golpes de Piedra” y un corazón enorme, presume haber derribado a los rivales más complicados y amenazantes en su camino.
Azteca Deportes