El Valencia y el Athletic Club se miden este miércoles en la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey y lo harán tras un 1-1 de la ida que queda en nada por no tener valor los goles fuera de casa, y con Mestalla como escenario en el que se desequilibrará la balanza y se decidirá el finalista.
El encuentro llega caldeado por el cruce de declaraciones que ha habido entre ambas entidades desde que acabó el choque en Bilbao. En la sala de prensa del Nuevo San Mamés, el técnico asturiano Marcelino García criticó al colegiado por haber permitido que hubiera poco tiempo de juego real, lo que pareció también una crítica no demasiado escondida a su rival.
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El técnico del Valencia, José Bordalás, ha achacado desde entonces esa y otras voces críticas al gran partido que hizo su equipo y a cómo logró desactivar el plan de su rival, pero también a un deseo de condicionar la actuación del colegiado, algo que le ha enfadado por entender que si en ese encuentro hubo un equipo perjudicado fue el suyo por un posible penalti no pitado a Hugo Duro.
Lo mucho que está en juego (incluida una plaza de Europa League para el ganador de la final de Sevilla), además de las declaraciones de unos y otros, harán que la afición local olvide la idolatría que siente por Marcelino tras los éxitos a los que condujo al club y también como símbolo contra la gestión de Peter Lim, que le destituyó por sus críticas a su gestión.
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El Nuevo Mestalla estará al 85 por ciento de ocupación
Además del respaldo entregado de un Mestalla que se llenará hasta le 85% permitido (el club valenciano trató sin éxito de levantar la restricción), el Valencia contará también con el refuerzo anímico del triunfo que logró el pasado sábado en el campo del Mallorca por 0-1.